Esta tabla demuestra la doble discriminación que sufren las mujeres indígenas. Estos perjuicios étnicos. de espacio y de género se reflejan en la duración promedio de la asistencia escolar y el grado alcanzado de educación.

En términos generales se mantiene una disparidad evidente entre hombres y mujeres, en población urbana y rural, entre no indígenas e indígenas, así como población con ingresos altos e ingresos bajos (vid. Gray Molina, 2005:16 y s.; UDAPE, 2003:4 y ss.).

3.4. Salud

Aunque el derecho a la previsión de salud es un derecho fundamental establecido por la Constitución boliviana, antes del gobierno de Morales el 77% de la población no contaba con acceso a los servicios de salud pública (CONAPE, 2005:82). La mayoría estaba imposibilitada a acceder al sistema de salud debido a su pobreza, los pocos ingresos, el aislamiento geográfico, la calidad informal de su relación laboral o las barreras culturales. Pero también influye la fragmentación del sistema de salud, la carencia de personal apto, la concentración de los pocos establecimientos bien equipados sólo en el ámbito urbano y, en consecuencia, la asistencia pobre o inexistente en el ámbito rural.

Además, las medicinas tradicional y alternativa siguen teniendo una función importante para la población indígena, en especial porque la población rural muchas veces cuenta con experiencias negativas en su contacto con el servicio de salud público y sus funcionarios y funcionarias. Aparte de la falta de respeto por las tradiciones socio-culturales de la población indígena, la calidad del servicio de salud clínico tiene que ser calificada de muy mala (PADEM, 2002: 22 y s.; República de Bolivia/UDAPE, 2003: 6).

La tabla 5 ilustra únicamente los avances generales en los sectores expuestos. La mejoría en la situación de salud y nutrición se puede articular con la mayor expectativa de vida de la población que ha aumentado, entre 1992 y 2001, de 59 años a 63,3 años. La publicación anual "Panorama Social para América Latina y el Caribe" pronostica para la media década, 2005-2010, un aumento de la esperanza de vida a 65,5 años (CEPAL, 2007).

En términos generales, como en todo el mundo, la esperanza de vida de las mujeres en promedio es más alta que la de los hombres. Las cifras indicadas son un promedio que se refiere a ambos sexos. No existen datos para diferenciar de acuerdo a criterios étnicos, pero es de suponer que la esperanza de vida de la población pobre y rural se encuentra bastante por debajo del promedio nacional debido a las múltiples formas del déficit de suministro, es decir, que la media de la población indígena muere más joven.

Avances continuos han sido alcanzados en el ámbito de la mortalidad infantil y maternal en los años recientes. La mortalidad infantil de los menores de 5 años alcanzaba en 1994 los 116 de mil partos, esta cifra pudo ser reducida a 66 de mil partos en 2003. De todos modos, en un contexto regional, Bolivia se ubicaba con ello en el penúltimo lugar (La Razón, 16.12.2004; UDAPE, 2003:6)11. Al mismo tiempo queda nuevamente en evidencia la doble discriminación de las mujeres indígenas, lo que confirma la tabla 6

De acuerdo a la publicación reciente de UNICEF "Estado Mundial de la Infancia 2008", las posibilidades de supervivencia de las y los lactantes y bebés bolivianos han incrementado aún más. En promedio son 61 de 1000 niños y niñas que no sobreviven los primeros 5 años de vida. Con ello, Bolivia se mantiene delante de Haití y Guyana en el antepenúltimo lugar latinoamericano (La Razón, 23.01.2008a).

El porcentaje de mujeres que solicitaron asistencia médica durante su embarazo ha sido fijado en 49,5% para 1994; para el 2003 esta tasa aumentó a un 70,2%. Además se pudo reducir la mortalidad maternal: si en 1990 aún eran 390 mujeres por cada 100.000 partos que morían durante al nacimiento de sus hijos e hijas, esta cifra pudo ser reducida a 230 a inicios de 2000 (Pagés, 2004: s.p.).

3.5 Infraestructura básica

Según informaciones de 2004 facilitadas por el Viceministerio de Servicios Básicos, la cobertura nacional de agua potable pudo ser elevada de 57,52% en 1992 a 72,3% en 2004. La atención de infraestructura básica a nivel nacional se mejoró en el mismo espacio de tiempo del 27,95% al 41,57% (CONAPE, 2005:87). Teniendo en cuenta el declive ciudad-campo en el contexto del desarrollo de la situación de la cobertura nacional, podemos constatar los siguientes avances: Mientras que en 1992 únicamente el 24% de los hogares en el ámbito rural contaba con un acceso a la red de agua potable, en el contexto urbano ya era el 84% de todos los hogares registrados; hasta el año 2004 el abastecimiento de agua potable en las zonas rurales pudo ser aumentado al 48%, en el contexto urbano con su crecimiento poblacional el acceso aumentó sólo al 87%. En materia de aguas residuales en 1992 el 17% de los hogares rurales y el 36% de los hogares urbanos estaban conectados a un sistema de canalización. En 2004 el 32% de los hogares registrados en zonas rurales y el 48% de los hogares urbanos contaban con acceso al alcantarillado (Ibíd.:88).

El estudio del Banco Mundial de De Ferrant et al. (2004) describe el grado de suministro de infraestructura básica a la población boliviana, -diferenciado según criterios étnicos y de género, según cálculos propios y sin mencionar las fuentes utilizadas del siguiente modo:

La tabla 7 refleja la discriminación estructural de los grupos de población indígena también para este sector.

4. El compromiso social del gobierno de Evo Morales: Dos ejemplos

A) Educación

Desde el año 2006 el gobierno de Morales le está dando gran importancia a la promoción de la oferta educativa, especialmente para sectores perjudicados de la población. Con el superávit presupuestario de 2006, se crearon 4.222 puestos adicionales de trabajo en el sector educativo en 2007 (La Razón, 11.01.2007a). El presupuesto para 2008 previó un volumen de inversión de 518,1 millones de Bolívares y la formación de otros 4.000 puestos de trabajo, así como un aumento salarial del 7% para las y los maestros (La Razón, 20.12.2007).

Además, el gobierno de Morales intenta apoyar directamente el ámbito rural que cuenta con el porcentaje de población más desfavorecida y vulnerable. El paquete de medidas aprobado en 2007 incluyó:

Ü El establecimiento de internados en sectores poco poblados para garantizar la oferta de educación primaria y siguiente, y mejorar la  cuota de escolaridad rural.

Ü La creación de viviendas para las y los maestros como incentivo para acceder a los puestos en sectores rurales.

Ü El establecimiento de transporte escolar público para aumentar la presencia y la asistencia escolar de niños y niñas con caminos muy largos del centro educativo.

Ü Programas de alfabetización en idiomas quechua, aymará y guaraní.

 

Otros proyectos gubernamentales en el ámbito de la educación van más allá de la promoción específica del desarrollo y la calidad de vida en los sectores rurales. Entre ellos se encuentra el bono escolar anual "Juancito Pinto" de 25 USD por niño o niña, establecido con el fin de crear un incentivo para que las familias más pobres envíen a sus hijos e hijas a la escuela. Otras propuestas actuales de reforma son, por ejemplo, la extensión de la alimentación gratuita en las escuelas, un nuevo modelo de universidades públicas y establecimientos de formación popular, la especialización del personal docente, la oferta de formación técnica para fomentar la producción interna y un programa nacional de alfabetización (Cariboni/Chávez, 2007; La Razón, 01.01.2007).

El Programa Nacional de Alfabetización se implementa en colaboración estrecha con Cuba y Venezuela desde marzo/abril de 2006, esta oferta incluye la alfabetización en quechua y aymará. En septiembre de 2007, 11.726 indígenas aymará participaron en los cursos, 371 ya lo habían concluido exitosamente. De 9.362 indígenas quechua, 807 ya habían recibido su certificado de alfabetización.

Para integrantes del pueblo guaraní, esta oferta debía iniciarse en los meses siguientes (Bolpress, 31.09.2007). Las cifras de analfabetas pudieron ser reducidas según informaciones oficiales hasta finales de 2007, de 1.200.000 a 823.256 personas, es decir, en un 34,1% (OSEI, 08.01.2008). El primer informe de la Campaña Mundial por la Educación12 acerca de la calidad del sistema escolar latinoamericano le concede un éxito inesperado a Bolivia con un puesto en la mitad de la tabla13. Aún en 2004, los avances obtenidos en el sector educativo habían estado siempre debajo del promedio latinoamericano (IIG, 2004:21).

B) Salud

La creación de una Seguridad Universal de Salud y un Seguro de Salud del Adulto Mayor proclamados por el gobierno de Morales podría ser calificado de forma positiva, aunque es cierto que la implementación no ha llegado aún muy lejos.

El reducido éxito del Seguro Universal Materno Infantil (SUMI) ha sido explicado por analistas de UDAPE por la permanencia de determinadas barreras culturales que impiden el uso de esta oferta (vid. PADEM 2002; UDAPE 2003:6 y s.).

En su fase de introducción la Seguridad Universal de Salud pretende dar acceso libre y general a todos aquellos bolivianos hasta 21 años de edad y sin seguro de salud. Las ofertas de asistencia se limitan inicialmente a un primer y segundo nivel de atención médica.

La permanencia clínica en un hospital u operaciones requieren de un análisis previo en los centros de salud locales o en hospitales con equipamiento simple. La implementación general de esta oferta sólo puede ser alcanzada paso a paso. El financiamiento provendrá del superávit en la contraloría general (sueldos y equipamiento), de las contribuciones e impuestos comunales/municipales, y por ingresos adicionales provenientes de la nacionalización de los hidrocarburos.

Ofertas de garantías sociales públicas ya existentes como el Seguro Gratuito Madre e Hijo (SUMI) siguen existiendo. En una segunda fase y siempre con la condición de poder garantizar el financiamiento, está previsto extender la nueva seguridad de salud a todos los no asegurados menores de 59 años. A través del Seguro de Salud del Adulto Mayor se pretende mejorar considerablemente la atención médica a este grupo poblacional (La Razón, 01.01.2007). El sueldo de las y los funcionarios en el sector de la salud pública fue aumentado durante 2007 en un 7%. Para 2008, Morales anunció un nuevo aumento de sueldo del 10% (La Razón, 23.01.2008b).

Nº 214OCTUBRE - 2011