Algunos modelos de conflictos étnicos
Cuadro de texto: vuestro, en el que gobierna un partido con un programa ultranacionalista agresivo, respaldado mayoritariamente por la población, invade y ocupa por la fuerza el territorio en el que vivís, con la excusa de que en él viven gentes de su misma etnia, que deben incorporarse a su país «originario». Estas gentes «diferentes» llegaron hace mucho tiempo y están mezcladas con el resto de la población autóctona, aunque en las regiones fronterizas, que poseen abundantes recursos minerales, forman comunidades importantes en los pueblos más grandes.

Dentro del territorio en el que vivís, existen dos etnias mayoritarias: una se distribuye de manera dispersa en el territorio, en pequeñas aldeas y núcleos rurales; otra se ha instalado en las principales ciudades y vive de la industria y el comercio. Hasta ahora no había problemas de convivencia entre las dos etnias, pero la crisis económica actual ha obligado a muchos campesinos a emigrar a las ciudades y ha provocado el cierre de industrias y comercios en los núcleos urbanos. Los enfrentamientos entre las dos etnias, a propósito de los puestos de trabajo, y el deterioro de las condiciones de vida en los suburbios provocan una creciente oleada de violencia que los partidos políticos están utilizando en sus campañas electorales para movilizar a sus respectivos partidarios.

El territorio en el que vivís se ha construido históricamente sobre la base del entrecruzamiento de diferentes pueblos y etnias, pero al cabo del tiempo se ha llegado a cierto grado de integración cultural y homogeneidad social. Este país recibe un aluvión de extranjeros, étnica y culturalmente distintos a sus habitantes, pero con una elevada preparación educativa y profesional. La mayoría ha emigrado por razones políticas y económicas. Esto ocasiona un desequilibrio demográfico, ya que el porcentaje de población que ha emigrado resulta considerable, y ha provocado, además, la aparición de grupos xenófobos que pretenden expulsar por la fuerza a los recién llegados.

Dos etnias ­ la mitad de los miembros del grupo pertenece a cada una­ se disputan un territorio fronterizo entre ambas: una declara que esas tierras fueron sus lugares históricos originarios; otra, que ese espacio resulta vital para su supervivencia económica. El territorio está cruzado por una frontera política que lo divide, pero cada etnia reclama la totalidad del mismo para sí. Son frecuentes los enfrentamientos armados entre patrullas que vigilan la frontera. La mayoría de los partidos políticos de ambos países reivindican en sus programas la anexión, negociada o por la fuerza, de la zona respectiva, y los medios de comunicación suelen alentar el conflicto.

Un pueblo con una identidad lingüística y cultural muy marcada vive en un territorio que la colonización europea dividió en varios Estados, cada uno con una etnia dominante distinta a la del pueblo mencionado. Ahora, este pueblo dividido reclama un Estado propio, a costa de los territorios de los Estados que rompen su unidad. La situación de este pueblo en los distintos estados en que vive es muy diferente, dependiendo del régimen político ­de dictaduras militares o democracias formales, semejantes a las occidentales­, y del grado de autonomía que les ha sido concedido por el Gobierno respectivo ­de una situación de apartheid al reconocimiento pleno de sus derechos lingüísticos y culturales, incluso con instituciones políticas de autogobierno. Dentro del pueblo citado, la división entre los partidarios de acciones violentas y los defensores del uso de la negociación y de la presión política es muy grande, y ha provocado enfrentamientos abiertos, que pueden provocar una guerra civil interna.
Internacional de Resistentes a la Guerra
www.wri-irg.org/
Un juicio a la guerra
Pedro Sáez, «Las Claves de los Conflictos. Guías didácticas de educación  para el desarrollo», CIP: Madrid,1997. pp.109-112

Objetivo

Realizar un debate o juicio sobre el papel de la guerra en la historia y en el presente, intentando contrastar con todo tipo de argumentos y testimonios razonados las posturas belicistas y antimilitaristas más frecuentes.

 

Desarrollo

El educador anima al grupo a realizar una indagación sobre el papel que ha desempeñado la guerra a lo largo de la historia. Para ello, reparte una lista de frases relativas a dicho papel ­como las que aparecen en el documento adjunto­, proponiendo una reflexión sobre sus afirmaciones.

La clase se divide en dos grupos, cada uno de los cuales busca informaciones que justifiquen ­un grupo, a favor; el otro, en contra­ las razones esgrimidas en cada frase. Los ejemplos que cada grupo selecciona han de estar tomados de conflictos armados antiguos o modernos, recogidos de libros de texto, enciclopedias, etc. Tras la recopilación de datos, los dos grupos confrontan sus razonamientos, discutiendo los diferentes puntos de vista de la manera más concreta posible. Una estrategia motivadora para la realización de este debate es presentarlo como un juicio público a la guerra, al que se puede invitar a otros grupos, para que asistan y participen como espectadores o jurado.

Tras el debate o juicio, la segunda parte de la actividad consiste en incorporar el punto de vista filosófico y metodológico de la no violencia activa a los acontecimientos históricos que han aparecido a lo largo de la sesión, analizando en primer lugar sus logros más importantes, y, después, planteando los posibles escenarios que se hubieran dado en las guerras citadas si los planteamientos de la no violencia se hubieran puesto en juego. Este trabajo se puede llevar a cabo de manera paralela al juicio sobre la guerra, contando con la ayuda del educador, convirtiendo así al pacifismo en «testigo», «fiscal», «abogado defensor», o incluso «juez» o «acusado» en el debate propuesto.

Materiales de apoyo

Además de la lista orientativa de frases del material de apoyo y de las obras de consulta que se deben facilitar al grupo  libros de texto, enciclopedias, anuarios como los mencionados en otras actividades, Argumentos en torno a la guerra y la violencia.

 

Orientaciones

El análisis de la guerra como fenómeno social dentro de la historia es una condición necesaria para entender las opciones del pacifismo. La necesidad de argumentar y enjuiciar los diversos conflictos citados como ejemplos obliga a estudiarlos con profundidad, lo que ayudará a organizar las razones y sinrazones, los intereses y valores, las decisiones conscientes y las circunstancias azarosas que giran en torno a cualquier guerra, dentro de un sistema de interrogantes básicos que la interpelen de manera profunda y coherente. La metodología propuesta puede utilizarse para el análisis de un conflicto armado concreto, alrededor del cual, en lugar de frases generales, utilizaremos las principales interpretaciones del mismo, que servirán de punto de partida para su enjuiciamiento didáctico.

 

Recursos bibliográficos
 

¨ Eulogio Díaz del Corral, Historia del pensamiento pacifista y no violento contemporáneo, Barcelona, Hogar del Libro, 1987.

¨ José Luis Gordillo, La objeción de conciencia. Ejército, individuo y responsabilidad moral, Barcelona, Paidós, 1994, especialmente págs. 25-82.

Argumentos en torno a la guerra y la violencia
Cuadro de texto: Justificación
La guerra es un hecho inevitable, porque forma parte de la naturaleza humana: donde hay hombre, hay guerras.
Todas las civilizaciones y culturas de la humanidad se han construido sobre la base de la violencia bélica, lo que la convierte en la verdadera «partera de la historia».
La guerra ha generado los progresos técnicos más importantes de la historia de la civilización occidental.
La guerra cumple una función biológica regeneradora de los excesos demográficos o de las tensiones sociales.
La guerra siempre está presente en los grandes cambios históricos, presidiendo los grandes cataclismos globales que afectan a los cambios de civilización.
La guerra o la amenaza de guerra ha sido a menudo garantía de estabilidad pacífica en las relaciones internacionales ­por ejemplo, durante la Guerra Fría.
La guerra es el único modo de resolver los conflictos de poder entre los seres humanos; o, al menos, es el más eficaz.
La guerra reactiva la economía. Tras la crisis de postguerra, aparecen períodos de crecimiento y desarrollo que acaban por beneficiar al conjunto de la sociedad.
La guerra es consecuencia del dinamismo de los seres humanos y está asociada al desarrollo cultural de los pueblos.
Cuadro de texto: Sólo en Occidente se ha «civilizado» la guerra, evitando la crueldad y el salvajismo de los pueblos extrauropeos cuando practican la guerra: la idea de paz pertenece al mundo europeo-atlántico. 
 
Alternativa

La guerra es un invento histórico para el tratamiento de los conflictos, y se debe situar dentro del conjunto de las instituciones de la violencia.
Hay culturas que ni conocen ni valoran la guerra como institución, utilizando otros métodos para intentar resolver sus conflictos. Durante la larga etapa paleolítica, los signos de cooperación, dadas las difíciles condiciones ambientales, tuvieron que ser más abundantes que los de enfrentamiento armado, por razones de supervivencia.
Como institución social, es indudable la conexión de la guerra con determinados avances técnicos. Dichos avances, ¿son causas, instrumentos o consecuencias de la guerra? Esta cuestión es especialmente relevante a partir de la I Guerra Mundial.
Esta interpretación, cercana a algunas escuelas de antropología cultural o de psicología social, tiene un poso determinista que se da por supuesto sin pruebas determinantes que lo confirmen. Pone de relieve algunos aspectos del problema, pero oculta otros igualmente significativos.
Más que causas, las guerras parecen ser los resultados de las grandes crisis Cuadro de texto: globales, en compañía de otros fenómenos sociales y culturales paralelos.
La guerra constituye una amenaza a la estabilidad social, al militarizarla, limitando el grado de libertad individual y colectiva alcanzado ­por ejemplo, durante el macartismo en EE.UU., o en la época estalinista en la antigua URSS.
Ningún conflicto de poder se resuelve mediante la guerra, puesto que los actos bélicos generan a su vez otros que pueden ser incluso más graves que aquellos por los que surgió el enfrentamiento bélico. La guerra es un instrumento para tratar los conflictos, pero no es el único, ni siquiera es el más eficaz.
La guerra retrasa o colapsa el crecimiento económico, y, cuando éste se produce, no se distribuye de forma equitativa. Hay una conexión evidente entre sobredimensión de los gastos militares y decadencia económica ­Imperio romano, época de los Austrias, EE.UU. tras 1945, etc.
Dicho desarrollo cultural ha sido tan importante o más contra la guerra que a su favor ­véanse los testimonios pictóricos, musicales o literarios al respecto.
Existe una riquísima tradición no violenta que no se ha gestado en Europa. Frente a cualquier perspectiva eurocéntrica, es preciso afirmar que la guerra y la paz han evolucionado al compás de las características específicas de cada época. Por otro lado, no está tan claro que la barbarie sea patrimonio exclusivo de las culturas exteriores a Occidente. 
Testigos de las guerras
Pedro Sáez, «Las Claves de los Conflictos. Guías didácticas de educación para el desarrollo», CIP: Madrid,1997. pp.107-108

Objetivo

Recoger, analizar y valorar testimonios personales sobre la guerra, buscando una comprensión de la misma desde los seres humanos concretos que participan y padecen el conflicto, en sus causas, desarrollo y consecuencias.

Desarrollo

El educador propone al grupo realizar una serie de entrevistas a personas que vivieron la Guerra Civil española (1936-1939), o cualquier otra guerra contemporánea, para recoger sus experiencias en torno a la vivencia cotidiana del conflicto. Se pueden seleccionar una serie de testimonios cercanos al grupo ­por relaciones familiares, por vecindad, etc.­. Después de elaborar un guión de trabajo común para hacer las entrevistas, la clase se divide en equipos que realizan la tarea. Lo ideal es que las conversaciones se graben en cassette, o, aún mejor, en vídeo. Cada equipo de trabajo presentará su testimonio utilizando los materiales gráficos ­mapas, fotografías, objetos, etc.­ que pueda recopilar al respecto. Incluso, se puede elaborar un guión para la dramatización de los testimonios recogidos, combinando, por contraste o por correlación, sus diversas aportaciones.

Tras la exposición, se debatirán los contenidos de las entrevistas, comparándolos entre sí y con relación a las informaciones sobre la vida cotidiana de las personas que padecieron y padecen alguna guerra pasada y presente, que se encuentren en libros y documentos históricos y periodísticos.

Materiales de apoyo

Ninguno.

Orientaciones

El valor didáctico y motivador de los testimonios humanos "en directo" es muy elevado y puede transformar la visión convencional que los alumnos tienen sobre las guerras, sobre todo, si se contrasta esta visión con la realidad percibida por quienes padecieron las consecuencias de cualquier conflicto armado. En las entrevistas es importante evocar las sensaciones, las expectativas, los miedos, los pequeños detalles que conviertan la rememoración en algo vivo, no un simple recordatorio subjetivo e incompleto de fechas y nombres. Además, por encima de la variedad de las situaciones y respuestas, habrá unos nexos comunes que permitirán reconstruir el trasfondo humano de la guerra analizada. Las conexiones que se pueden establecer entre estos materiales y las obras literarias, fotográficas y fílmicas son enormemente productivas, y deben aprovecharse para la presentación audiovisual de los testimonios recogidos.

 

Recursos bibliográficos

 

Existen trabajos sobre historia oral de los que se pueden entresacar modelos metodológicos adaptables al aula o textos significativos que sirvan como ejemplos:

 

¨ Escuela Popular de Adultos «los Pinos de San Agustín», Carmen García-Nieto París (Ed.), La palabra de las mujeres. Una propuesta didáctica para hacer historia (1931-1990), Madrid, Popular, 1991.

 

¨ Panos Institute, Armas para luchar brazos para proteger. Las mujeres hablan de la guerra, Barcelona, Icaria, 1995.

 

Para preparar los cuestionarios de las entrevistas, así como trazar una reflexión general fundamentada sobre las posibilidades educativas de la historia oral:

 

¨ Paul Thompson, La voz del pasado. La historia oral, Valencia, Edicions Alfons el Magnànim, 1988.

¨ Thad Sitton, George L. Mehaffy y O. L. Davis Jr., Historia oral. Una guía para profesores (y otras personas), México, Fondo de Cultura Económica, 1989.

¿Una lectura interdisciplinar sobre la guerra?
Pedro Sáez, «Las Claves de los Conflictos. Guías didácticas de educación para el desarrollo», CIP: Madrid,1997. pp.73-77

Objetivo

                 Utilizar los contenidos conceptuales y procedimentales de las diversas áreas curriculares de la educación secundaria, de acuerdo con la terminología de la reforma educativa, para poner en práctica una serie de actividades interdisciplinares en torno a una lectura crítica de la guerra.

Desarrollo

                 Una vez realizadas las diferentes actividades por áreas, a lo largo de un determinado período lectivo, se puede preparar una sesi&oacuten de síntesis y expresión de las diversas experiencias con el fin de interrelacionarlas didácticamente a partir de:

¨ a) un taller de textos y documentos;

¨ b) un montaje audiovisual o un programa de video;

¨ c) un periódico mural monográfico o una publicación especial;

¨ d) un espectáculo dramatizado;

¨ e) una creación plástica colectiva.

¨ En el documento adjunto se especifican algunos ejemplos orientativos que facilitan la conexión interdisciplinar.

 

Materiales de apoyo

                 Las sugerencias apuntadas pueden servir para que cada educador encuentre en los recursos específicos de su materia muchas posibilidades. También se puede recurrir a un material común a todas las áreas ­una novela, un cuento, una película, un periódico­, para, desde ese punto de partida, desplegar los enfoques y estrategias más convenientes.

 

Orientaciones

                 La necesidad de coordinar asignaturas diferentes alrededor de una tema general supone una dificultad importante, lo que hace necesario un elevado nivel de concreción, tanto en los objetivos que se formulen como en las tareas que se pretendan llevar a cabo. No obstante, lo más relevante de la experiencia no está en la realización de los ejercicios propuestos, sino en la clarificación de los valores que los educadores realizan durante el proceso personal, colectivo y en relación con los destinatarios de su trabajo cotidiano. En este modelo de trabajo interdisciplinar, el grado de implicación ha de ser elevado, si se busca un verdadero diálogo entre los diversos contenidos del currículo, y no la mera superposición de juegos más o menos entretenidos.

Nº 162ENERO - 2007