Nº 162ENERO - 2007ACTIVIDAD

Desde otra óptica, la pobreza guarda relación con la represión policial. La percepción que el ciudadano medio tiene de ella es relativamente sencilla: los pobres son una amenaza. Desde este punto de vista, del limosneo se puede pasar con facilidad a la agresión contra la propiedad o contra las personas. Pobreza y criminalidad se consideran unidas. La respuesta inmediata es la autodefensa: se pide más ley y orden, es decir, más policía o, en la mayor parte de los casos, se recurre a la policía privada. Así sucede en EE.UU., país en el que los ciudadanos se gastan ya más en la policía privada que en la pública, y en Reino Unido, donde comienzan a proliferar casos de vigilantismo.

· Pobreza y violencia Estructural

 

Muchos enfoques sobre el Tercer Mundo (o el Sur, como ahora se prefiere) incluyen los términos de pobreza y violencia y comprenden esta última tanto en su sentido de violencia directa -guerra, en este caso- como en el de violencia estructural, es decir, relación estable entre actores10. Si del entramado internacional descendemos al de las distintas sociedades particularizadas, "lo importante es que si la gente pasa hambre cuando el hambre es objetivamente evitable, se comete violencia, sin importar que haya o no una relación clara sujeto-acción-objeto, como sucede en las relaciones económicas mundiales tal como están organizadas".11

 

Sin entrar ahora en la discusión de los factores individuales y estructurales que llevan a la pobreza ni en la relación entre la pobreza interna y relativa de un país y su posición en la jerarquía mundial, sí se puede recorrer brevemente la lista de situaciones que comportan violencia estructural: explotación, discriminación y marginación.12 También aquí, por lo menos en muchos casos, el fenómeno se produce en las dos direcciones. Que la explotación causa pobreza es algo que está implícito, aunque no siempre se use ese vocabulario, en las discusiones anglosajonas sobre la underclass que algunos autores no dudan en definir como "una población pobre permanentemente oprimida"13. La discriminación que se ceba en inmigrantes y, en general, en las minorías inferiorizadas es, como forma de violencia estructural, un factor importante que lleva a la pobreza. 14

 

Quienes, al tratar de la pobreza, tratan también las cuestiones de marginación, lo hacen, normalmente, en el sentido de analizar aquellos mecanismos sociales que hacen difícil o imposible que determinados sectores de la población puedan mantenerse, sostener una economía privada autónoma (no necesariamente monetarizada), y participar en la vida social convencional. Hay mecanismos de marginación que llevan, sin duda, a la pobreza; también, en la dirección opuesta, están los estudios que muestran la incidencia de la pobreza en la polarización de la sociedad. En ambos casos, los autores suelen centrar su atención más en la pobreza endémica que en los procesos de empobrecimiento.15 Alguna excepción: los análisis sobre el empobrecimiento en los antiguos países comunistas donde el proceso de pauperización se ha acelerado con la transición al mercado. 16

 

- Pobreza y violencia  Cultural

 

Llegados aquí cabe preguntarse qué es lo que hace que la pobreza se mantenga e incluso se acepte. Hay razones de funcionalidad -sirve para mantener los sistemas sociales en que se da- y estructurales -forma parte de la estructura de poder que se autorreproduce-, pero también ideológicas o culturales. De hecho, todas las sociedades producen explicaciones de la existencia de la pobreza que guardan relación directa con (o incluso forman parte de) las diferentes formas que adopta la violencia cultural. 17

 

Es conocido que las religiones, en sus versiones de "opio del pueblo" o de "teología de la sumisión" que no las agotan, pueden convertirse en un mecanismo de justificación de la existencia de la pobreza. Lo mismo puede decirse de las ideologías políticas. El neoliberalismo -que achaca la pobreza a la falta de interés por parte de los pobres- y el marxismo -que reduce en última instancia el fenómeno a la explotación del hombre por el hombre y, por ende, al tema de la propiedad privada- han sido dos ejemplos bien visibles, aunque con alguna diferencia entre sí. El neoliberalismo ha producido más pobreza, pero no la ha negado. Se ha procurado, eso sí, invisibilizaria o trasformar a los pobres en habitantes de campos de concentración, guetos o zonas rodeadas por muros de hormigón. El marxismo, en cambio, negó la existencia de pobreza en los países del Este una vez suprimida la propiedad privada. Como no podía haber pobreza, no la había. En algunos casos, incluso la palabra pobreza desapareció. Pero no los pobres.

 

En general, la violencia cultural se produce cuando se obliga a las personas a que o no vean el problema o a que dispongan de explicaciones para el mismo pero mantengan la situación. La relativa ausencia de discusión de estos asuntos, por un lado, y su tratamiento habitual cuando llegan a los medios de comunicación, por otro, son ejemplos de violencia cultural. Piénsese, si no, en la forma con que, con frecuencia, se trata la pobreza en la prensa (sobre todo cuando, de hecho, consiguen achacar toda la culpa al pobre mismo) y se tendrá una idea de lo que se quiere decir18.

 

Amenaza para la paz

 

Los retos para la paz en los próximos años, mientras el conflicto Norte-Sur sea el dominante, tienen diversas fuentes, pero una de ellas es la pobreza como catalizadora o como sustentadora de conflictos armados19. La correlación entre régimen no democrático y belicosidad es, a pesar de fundamentarse en la "paz perpetua" kantiana, una correlación espuria: es la pobreza de las naciones la que explica, simultáneamente, la ausencia de instituciones democráticas y la propensión a iniciar una agresión bélica20.

 

Los procesos de polarización social que acompañan al naufragio del desarrollo tienen salidas bien conocidas 21. Una es negarlos, haciendo creer a la gente, recurriendo a la violencia cultural, que todos formamos un sólo grupo sin distinciones. Eso, en otras palabras, se llama nacionalismo y su difusión tiene que ver, entre otros factores, con la extensión de la pobreza: el nacionalismo consigue negar que haya ganadores y perdedores en el sistema social ya que todos "somos una nación"22. Otra salida ante la polarización es la de anunciar su supresión en un futuro glorioso en el que todos, ganadores y perdedores, nos encontraremos como hermanos. La diferencia entre este milenarismo y el nacionalismo es su perspectiva de futuro: el primero se proyecta hacia un futuro lejano pero brillante, mientras el segundo tiene como modelo un pasado normalmente tergiversado.

 

Existe también la posibilidad de superar la descomposición social que significa el empobrecimiento y su correlativo enriquecimiento mediante un chivo expiatorio que, ajeno al grupo, permita proyectar sobre él frustraciones y agresividades. El racismo es una de sus manifestaciones.

 

Todos estos mecanismos de defensa tienen en común su carácter potencialmente violento, sobre todo en la medida en que se presentan combinados como en el caso del nazismo nacionalista, milenarista y xenófobo (no sólo antisemita). Una vez que se han puesto en movimiento, es posible investigar sobre los medios para detener la violencia que generan, y para hacer la paz y mantenerla. Pero investigar para la paz es también investigar sobre las raíces de la violencia. Y la pobreza es una de ellas. Construir la paz es también reducir la pobreza. 

 

 

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· 1 Jamil Saimi, Violence and Democratic Society, Zed Books, Londres, 1993.

· 2 Majid Rahnema, "Poverty" en The Development Dictionary, W. Sachs (ed.), Zed Books, Londres, 1992, pp. 158-159.

· 3 José María Tortosa, "Representación de la pobreza y política social", Sociología del trabajo, NI'9, 1990, pp. 71-87.

· 4 Un magnífico análisis de cómo la pobreza de unas naciones tiene que ver con la riqueza de otras es el de Michael Barratt Brown, Fair Trade.... pp. 12-24. Sobre la miseria del método comparativo: Roland Axtmann, "Society, Globalization....... pp53-74.

· 5 Giovanni Sarpelion, "Ripensare la povertá", Civitas, Vol. 44, N9 1, 1993, p. 44.

· 6 José María Tortosa, "Personas al margen" en Amando de Miguel, La sociedad española 1992-1993, Alianza Ed., Madrid, 1992.

· 7 Susan George, "Preface" a Jamil Saimi, Violence and Democratic ...

· 8 Oswaldo Sunkel, "El desarrollo en los tiempos del cólera", Boletín Socioeconómico, CIOSE, Nº 24-25,1992, p. 20.

· 9 R.J. Bursik y H.G. Grasmick, "Economic Deprivation and Neighborhood Crime Rates, 1960-1980", Law & Society Review, Vol. 27, N2 2, 1993, pp. 253-283; R.D. Peterson y L.J. Krivo, "Racial Segregation and Black Urban Homicide", Social Forces, Vol. 71, N2 4, 1993, pp. 1.001 -1.026. En términos más generales, José María Tortosa, Sociología del sistema mundial, Tecnos, Madrid, 1992, pp. 1 1 4 y sgts.

· 10 Por ejemplo, Arjun Makhijani, From Global Capitalism to Economic Justice. An Inquiry into the Elimination of Systematic Poverty, Violence and Environmental Destruction in the World Economy, The Apex Press, Londres, 1992. Johan Galtung en Sobre la paz, Fontamara, Barcelona, 1985, ya había indicado que paz y desarrollo "en cierto sentido son la misma cosa", razón por la cual "los investigadores sobre la paz tienden a estudiar el desarrollo, y viceversa". Estas relaciones explican el especial sobre "La Ley y el Desorden en Los Angeles" publicado en Papeles para la Paz, N2 45,1992, pp. 85-168.

· 11 Johan Galtung, Sobre la paz.... p. 38. Para una discusión del carácter evitable del hambre, ver José María Tortosa, La pobreza capitalista, Tecnos, Madrid, 1993, Cap. 1.

· 12 José María Tortosa, La pobreza.... Cap. 5 y Conclusión. Para la tipología implícita, que tiene que ver con las necesidades humanas básicas, ver al mismo autor en Sociología del sistema mundial, p. 137.

· 13 Douglas Glasgow, The Black Underclass, Josey-Bass, San Francisco, 1980, p. 3.

· 14 Jürgen Habermas, "immigration et chauvinisme du bien-étre", La Revue Nouvelle, N2 11, 1992, pp. 76-84; Andrea Rea, "Ethnicisation de la pauvreté ou pauvreté de l'ethnicisation?", La Revue Nouvelle, N2 11, 1992, pp. 62-68.

· 15 Steffan Markiund, "Structures of Modern Poverty", Acta Sociológica, Vol. 33, N2 2, 1990, pp. 125-140.

· 16 Como ejemplo, Zsuzsa Ferge, "Marginalisation, Poverty and Social lnstitutions", Labour and Society, Vol. 16, N2 4, 1991, pp. 417-438; José María Tortosa, "Transición al mercado y empobrecimiento: aplicación al caso de Polonia", Sociología del trabajo, Nº 17,1992-93, pp. 73-89.

· 17 Johan Galtung, "Cultural Violence", Journal of Peace Research. Vol. 27, NQ 3, 1990, pp. 291-315.

· 18 José María Tortosa, "Personas al margen", La sociedad española.... Cap. 7.0.

· 19 Russeli W. Ramsey, "Worid Systems, Chalienges: 1993-2025", The Officer, Reserve Officers Association of the United States, Washington, abril, 1993.

· 20 El asunto no está claro en la literatura reciente. Ver, por ejemplo, Erich Weede, "The lmpact of Democracy or Repressiveness on the Quality of Life, lncome Distribution and Economic Growth Rates", Intemational Sociology, Vol. 8, N2 7, 1993, pp. 177-195.

· 21 Serge Latouche, "De la mondialisation économique á la décomposition sociale", L'Homme et la Société, 105-106, 1992, pp. 7-23.

· 22 José María Tortosa, "Teorías sobre los nacionalismos" en VV.AA., Los nacionalismos, Diputación General de Aragón, Seminario sobre la Paz, Zaragoza, 1994.

 

 

 

 

Cuadro de texto: “"en los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia", ¿quién dijo esto?
¿Quién fue Bertolt Brecha?
¿Según el Banco Mundial, en 1990, pobres son...?  ¿Y la pobreza es...? Según esta definición de pobres y pobreza, ¿cuántos millones de pobres había en 1990? ¿En 1948, para el Banco Mundial, un país pobre era aquel que...?  Ahora a los países pobres se les denomina.......
Según Susan George, “Violencia es...”
¿Cuáles son los cálculos del Banco Mundial, en relación a Latinoamérica para que todos los hogares de la región tuvieran ingresos superiores a la línea de la pobreza...?
En el artículo anterior se analiza la pobreza en relación a tres tipos fundamentales de violencia, ¿cuáles son?
Resume:
¿Cómo influye la violencia directa en la pobreza?
¿Cómo influye la violencia estructural en la pobreza?
¿Cómo influye la violencia cultural en la pobreza.?
Copiar el cuadro anterior ampliándolo, colorear los cuadros y colocarlo por las paredes del Instituto. 
Cómo pensamos la guerra
Pedro Sáez, «Las Claves de los Conflictos. Guías didácticas de educación para el desarrollo», CIP: Madrid,1997. pp.73-77
Cuadro de texto: Objetivo
Organizar las imágenes e ideas más comunes sobre las guerras, para ayudar al grupo a clarificar sus percepciones respecto a las causas y consecuencias de los fenómenos bélicos.

Desarrollo
El grupo se reúne alrededor de una pizarra o de un pliego grande de papel colocado en una pared o en una mesa amplia, y escribe, pinta o dibuja palabras, colores o formas abstractas y concretas acerca de la guerra. Al tratarse de una lluvia de ideas, en un primer momento se admitirán todas las respuestas que espontáneamente se quieran dar. Después, dichas respuestas se agruparán por bloques temáticos ­ por ejemplo, «armamento», «consecuencias humanas», «destrucciones ambientales», hasta componer una imagen colectiva­, en forma de collage o mural, con los materiales que cada miembro del grupo ha aportado. A continuación, se buscan imágenes de anuncios publicitarios donde se reflejen directa o indirectamente temas, mensajes y objetos relacionados con la guerra, con la intención de analizarlos y contrastarlos con los «universos de relaciones» creados por el grupo: ¿qué coincidencias, contradicciones y discrepancias aparecen, tanto de forma explícita como de manera «oculta»?

Materiales de apoyo
Se requiere una sala grande, papel continuo de embalar, tizas, ceras, rotuladores de colores, tijeras y pegamento.
Una colección de anuncios publicitarios tomados de revistas y periódicos ­no es necesario realizar una selección exhaustiva, aunque los ejemplos han de ser abundantes­. También se pueden incluir titulares de prensa ­los periódicos deportivos presentan un muestrario completo de lenguaje belicista y militarista­ o fotografías ­evitando caer en lo obvio o en la imagen simbólica estereotipada­.

Orientaciones
El trabajo del grupo se centrará, probablemente, en aspectos muy evidentes en contra de la guerra ­el hongo atómico­, lo que sin duda contrasta con algunos mensajes publicitarios plenamente asumidos, que, sin embargo difunden contenidos belicistas de forma inequívoca, aunque con mayor «sutileza».
Por otro lado, la actividad es útil para hacerse una idea de las percepciones sociohistóricas de la guerra que tiene el grupo, tanto hacia dentro (lluvia de ideas), como hacia fuera (dónde y cómo observar el belicismo de los anuncios publicitarios; hasta qué punto se distingue claramente militarismo de belicismo; qué aspectos de las guerras se critican o se valoran más negativamente; o si se ven «naturales» determinadas palabras o frases belicistas/militaristas aplicadas a contextos en los que no aparece físicamente la guerra, etc.). Hay que prestar una especial atención a los discursos verbales o icónicos que se socializan de manera semiinconsciente u «oculta», y plantear al grupo las razones que explican ese ocultamiento.
La no violencia frente a la guerra
Pedro Sáez, «Las Claves de los Conflictos. Guías didácticas de educación para el desarrollo», CIP: Madrid,1997. pp.117-119

Objetivo

Aprender e interiorizar las estrategias de negociación, tratamiento y resolución de conflictos desde la no violencia activa, mediante diversos casos prácticos tomados de la realidad.

 

Desarrollo

El educador divide a la clase en cinco grupos y plantea a cada uno por separado diferentes tipos de conflictos étnicos y territoriales como los expuestos en el documento adjunto. Una vez descritos los conflictos, con todos los detalles que el educador estime oportunos, dado el nivel de conocimientos, la capacidad expresiva y el grado de motivación del grupo, se pide a cada equipo que afronte el problema planteado, teniendo en cuenta todos los componentes que intervienen en el mismo y las condiciones generales que todos deben cumplir: por ejemplo, el uso de procedimientos no violentos, o el establecimiento de una serie de fases o pasos en el tratamiento del conflicto correspondiente, que identifiquen los objetivos prioritarios y señalen las posibles metas mínimas que se pueden alcanzar.

La puesta en común servirá para comparar las diversas soluciones dadas de entre las muchas que se pueden escoger, clarificando los valores y actitudes que se han puesto en juego en cada una, para pasar a continuación a evaluar situaciones reales en el presente y en la historia.

 

Materiales de apoyo

Los datos se pueden ampliar con todo tipo de documentos complementarios, como mapas, estadísticas sencillas, nombres, textos históricos. En cualquier anuario de los citados en la bibliografía se encuentran descripciones detalladas de conflictos actuales que permiten localizar geográfica e históricamente las realidades en los casos presentados. Pero también se puede recurrir a la historia para presentar modelos de conflictos que resulten motivadores en su traducción al aula: el álbum del conocido personaje de historieta Tintín El cetro de Ottokar, en el que su autor, el belga Hergé, se ocupa de recrear una situación paralela a los acontecimientos que culminaron en la Anschluss nazi sobre Austria en 1938, a través de las aventuras del héroe en los imaginarios países de Syldavia y Borduria, presentados con numerosos detalles históricos, geográficos y políticos, es un buen ejemplo de las posibilidades didácticas de este tipo de simulaciones argumentales.

Orientaciones

Se debe valorar, sobre todo, la aportación de la no violencia activa y sus procedimientos a la hora de enfrentarse a los conflictos planteados. El esfuerzo de creatividad e imaginación que hay que realizar es notable, poniendo en evidencia los aspectos más activos y dinámicos del trabajo por la paz. Como orientación para evaluar las acciones no-violentas frente a situaciones altamente conflictivas, es recomendable repasar las reflexiones que John Paul Lederach dedica en su libro Educar para la Paz, objetivo escolar, Barcelona, Fontanamara, 1984, a estas cuestiones (págs. 68-92).

 

Factores de

empobrecimiento

 

Políticas contra la pobreza

 

Subsistemas

 Estructurales

Individuales

Individuales

 Estructurales

Económico

Desempleo

Precariedad

  Falta de recursos

  Falta de previsión

Medidas de   inserción 

Empleo (fijo) 

 Tierras

Político

Quiebra fiscal del Estado 

Neoliberalismo 

 Marginación

Participación

Keynesianismo

Cultural

Darvinismo

Individualismo

Falta de conocimientos

 Formación (profesional) 

"normalización"

Solidaridad 

Militar

Guerra 

Armamentismo

Agresiones

  Represión

Reconversión

Defensa 

defensiva