Nº 216DICIEMBRE - 2011

grandes ciudades. La mayoría de los detenidos son peticionarios que buscan reparación por abusos que van desde la corrupción del Gobierno hasta la tortura policial.

 

             En Cuba, Human Rights Watch documentó cómo el gobierno de Raúl Castro, en vez de desmantelar el aparato represivo de los años de Fidel Castro, lo ha mantenido firmemente en su lugar, conservando a decenas de presos políticos detenidos y arrestando a docenas de disidentes.

 

             En Zimbabue, los investigadores continuaron la supervisión y documentación de las violaciones de los derechos por el partido del ex presidente Robert Mugabe contra sus socios y partidarios en un Gobierno de coalición. Human Rights Watch también documentó tácticas brutales del Ejército y la Policía en los campos de diamantes de Marange para controlar el acceso a los campos y hacerse cargo de la extracción y el comercio de diamantes sin licencia.

             Un informe sobre Birmania documenta los casos de docenas de activistas políticos prominentes, monjes budistas, activistas sindicales, periodistas y artistas detenidos desde las protestas políticas pacíficas de 2007 y condenados a penas draconianas después de juicios injustos.

 

             En Gaza e Israel, Human Rights Watch documentó violaciones de las leyes de la guerra tanto por Israel como por Hamas. El asalto militar de Israel en Gaza hace un año incluyó el uso ilegal de municiones de fósforo blanco, el asesinato de civiles con misiles lanzados por aviones teledirigidos, y los disparos contra civiles que agitaban banderas blancas. Hamas y otros grupos armados palestinos lanzaron cohetes en centros de población israelí, y Hamas mató a presuntos colaboradores y maltrató a opositores políticos durante la guerra.

 

             En la República Democrática del Congo, Human Rights Watch documentó el asesinato deliberado de más de 1.400 civiles, un patrón de violaciones atroces, y otros abusos cometidos por fuerzas gubernamentales y rebeldes durante las dos sucesivas operaciones del Ejército congoleño contra una milicia hutu de Ruanda, en el este del país . Human Rights Watch también informó de graves deficiencias en la operación de mantenimiento de la paz de la ONU en el Congo que limitan su capacidad para proteger eficazmente a los civiles.

 

             En Guinea, Human Rights Watch elaboró un informe detallado sobre los asesinatos, agresiones sexuales y otros abusos en un mitin de la oposición en la capital, cometidos principalmente por miembros del cuerpo élite de la Guardia Presidencial. La evidencia sugiere que los ataques fueron planeados de antemano y alcanzaron la categoría de crímenes contra la humanidad.

 

             Human Rights Watch dijo que a pesar del crecimiento del movimiento de derechos humanos, los defensores de derechos humanos siguen siendo vulnerables y necesitan fuertemente el apoyo de los gobiernos que respetan los derechos.

 

"Los gobiernos que se consideran defensores de los derechos humanos suelen guardar silencio frente a estos abusos por parte de aliados, argumentando prioridades diplomáticas o económicas", señaló Roth. "Pero ese silencio los hace cómplices en los abusos. La única respuesta adecuada a las violaciones graves de los derechos humanos es ejercer presión sobre los autores".

Israel y Territorios Palestinos Ocupados (TPO)

La Franja de Gaza

Los grupos armados palestinos

 

Desde noviembre de 2008 hasta marzo de 2009, los brazos armados de Hamas, la Yihad Islámica, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP)y otros grupos dispararon cientos de cohetes, mayoritariamente de fabricación local, contra centros de población en Israel, que mataron a tres civiles e hirieron a otros cuatro de gravedad. Dentro del radio de alcance de los ataques había hasta 800,000 personas. En varios casos, los cohetes no llegaron a alcanzar los objetivos previstos en Israel y causaron daños a los palestinos en Gaza, que incluyeron la muerte de dos muchachas por el impacto de un cohete en el norte de la Franja de Gaza. Los ataques con cohetes se redujeron considerablemente desde marzo de 2009.

Los ataques repetidos contra centros poblacionales con cohetes que no pueden dirigirse adecuadamente y las declaraciones de los grupos armados palestinos demuestran que tenían la intención que causar daño entre la población civil. Hamas y otros grupos declararon que los ataques se realizaron en represalia por los ataques ilegales de Israel o como medio de resistencia a la ocupación. Los ataques deliberados o indiscriminados contra la población civil son una violación grave del derecho internacional humanitario, independientemente de las razones para ellos.

Los grupos armados palestinos expusieron innecesariamente a la población civil al riesgo de ataques de represalia al disparar los cohetes desde zonas densamente pobladas. Además, los informes de los medios de comunicación y una organización no gubernamental indican que, en ciertos casos, las organizaciones armadas palestinas se escondieron intencionalmente detrás de la población civil para utilizarla ilegalmente como escudos humanos para disuadir los contraataques israelíes.

Desde finales de diciembre de 2008 hasta por lo menos marzo de 2009, hombres encapuchados, aparentemente ligados a Hamas, mataron al menos a 32 supuestos colaboradores con Israel-entre ellos hombres detenidos o que no suponían ninguna amenaza en ese momento-y dispararon o golpearon duramente a numerosos palestinos, principalmente miembros del partido rival Fatah. En respuesta, las autoridades de Fatah en Cisjordania aumentaron las medidas de represión contra los miembros y los simpatizantes de Hamas en la zona.

No se tiene conocimiento de que Hamas y otras facciones palestinas hayan investigado los ataques ilegales con cohetes contra civiles israelíes, las acciones de los grupos armados palestinos que expusieron a los civiles palestinos a un riesgo innecesario, ni los asesinatos y el maltrato de los presuntos colaboradores o rivales políticos. En octubre, Hamas se comprometió a investigar los supuestos crímenes de guerra, entre ellos los ataques con cohetes.

Los grupos armados palestinos en Gaza continuaron reteniendo en situación de aislamiento al soldado israelí Gilad Shalit, capturado en junio de 2006; y se negaron a que el Comité Internacional de la Cruz Roja le visitara o a facilitarle la comunicación con su familia. En octubre, Israel puso en libertad a 20 reclusas a cambio de un video de Shalit demostrando que seguía con vida.

 

Israel

La población sufrió tremendamente durante el conflicto en Gaza. Según la organización de derechos humanos israelí B'Tselem, al menos 773 civiles palestinos fueron asesinados durante la Operación Plomo Fundido; la organización registró la muerte de 330 combatientes y 248 policías. (Human Rights Watch no ha podido determinar en qué medida los agentes de policía de Gaza eran civiles inmunes al ataque o estaban participando directamente en las hostilidades, y eran por lo tanto objetivos legítimos). Las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) causaron daños en hospitales e instalaciones de las Naciones Unidas en las que se habían refugiado personas desplazadas. Israel y Egipto se negaron a abrir sus fronteras, impidiendo que los civiles huyeran del conflicto, una medida criticado por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.

Las fuerzas israelíes atacaron aéreas densamente pobladas con artillería pesada, que incluyó munición altamente explosiva del calibre 155 mm y fósforo blanco para crear pantallas de humo, consideradas armas inherentemente indiscriminadas cuando se emplean en zonas densamente pobladas. En un caso ocurrido el 15 de enero, proyectiles altamente explosivos y de fósforo blanco de las FDI hicieron impacto contra las instalaciones principales del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA, en inglés) en la Ciudad de Gaza, causando heridas a tres personas y desencadenando fuegos que destruyeron cuatro edificios de ayuda alimentaria y suministros médicos. Las FDI

En varias áreas de Gaza, las FDI destruyeron o dañaron estructuras civiles-entre ellas un molino de harina, fábricas de alimentos, cementeras e invernaderos-sin necesidad militar, como exige el derecho internacional. En total, las fuerzas israelíes dañaron o destruyeron 14,000 casas, alrededor de 60 centros de salud, 68 edificios del Gobierno y 31 oficinas de organizaciones no gubernamentales, según la ONU.

Durante toda la guerra, las autoridades israelíes prohibieron la entrada de periodistas y observadores de derechos humanos a Gaza, e impusieron restricciones a las protestas pacíficas contra la guerra. Las autoridades del Gobierno israelí intentaron interrumpir el financiamiento de Romper el Silencio, un grupo de veteranos de las FDI que publicaron los testimonios de 26 soldados israelíes que participaron y criticaron los abusos cometidos durante la Operación Plomo Fundido.

En abril, las FDI hicieron públicos los resultados de cinco investigaciones internas sobre su actuación en Gaza, que concluyeron que habían "operado de acuerdo con el derecho internacional" y que se había producido una "cantidad muy pequeña" de incidentes debido a "errores de información u operacionales". En julio, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel publicó un informe que reiteró estas afirmaciones y acusó a Hamas de usar a civiles como escudos humanos. En noviembre, el Ministerio informó que las FDI habían abierto investigaciones acerca de 128 incidentes. Éstas incluyeron informes operativos de unidades militares sobre personal dentro de la cadena de mando, cuyas conclusiones no pueden utilizarse como pruebas de infracciones penales, y 27 investigaciones criminales de la policía militar. Hasta noviembre, las autoridades israelíes sólo habían enjuiciado a un soldado involucrado en la guerra de Gaza, por robar una tarjeta de crédito.

En mayo, la Comisión de Investigación designada por el Secretario General de la ONU para examinar los incidentes que causaron daños a las instalaciones y el personal de la ONU durante la guerra determinó que "el Gobierno de Israel era responsable de la muerte y las lesiones... y los daños materiales" en siete de los nueve casos examinados; en otro caso, un cohete palestino dañó un almacén. (No se pudo determinar la responsabilidad por el noveno caso). En un informe publicado en septiembre, la Misión de Investigación de la ONU sobre el Conflicto de Gaza, establecida por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y encabezada por el magistrado Richard Goldstone, observó que ambas partes en el conflicto habían cometido crímenes de guerra y posiblemente crímenes contra la humanidad. Israel se negó a cooperar con la misión.

 

Bloqueo

 

El bloqueo integral israelí de la Franja de Gaza, impuesto desde junio de 2007, continuó teniendo graves consecuencias humanitarias y económicas para la población civil, especialmente durante la guerra. Cientos de miles de personas estuvieron sin electricidad, agua corriente, gas para cocinar, gasolina y otros bienes durante semanas; las aguas del alcantarillado inundaron algunas calles de la ciudad; los hospitales se abarrotaron, estuvieron desprovistos de medicinas esenciales y, con frecuencia, los heridos no pudieron acceder a ellos.

En septiembre, aproximadamente 20,000 personas seguían sin hogar y 100,000 no tenían suministro de agua. Israel prohibió la entrada de artículos como materiales para la reconstrucción, garbanzos, dátiles, macarrones, un sistema de purificación del agua y 120 camiones llenos de material escolar. Las únicas exportaciones que Israel permitió consistieron en varios cargamentos de claveles.

Los funcionarios israelíes declararon que el bloqueo seguiría vigente hasta que Hamas liberara a Gilad Shalit. El bloqueo, apoyado por Egipto en la frontera de Rafah con Gaza, constituye un castigo colectivo para los 1.5 millones de civiles de Gaza y una violación del derecho internacional. Israel es el principal proveedor de electricidad de Gaza y su única fuente de combustible, que Israel no permite importar de otro sitio, por lo tanto, sus restricciones del suministro afectan al transporte, el bombeo de agua, el alcantarillado y los centros de saneamiento.

La crisis de derechos humanos en los territorios palestinos ocupados por Israel se agravó en 2009, especialmente en Gaza, donde las fuerzas israelíes mataron a cientos de civiles palestinos y destruyeron residencias e infraestructuras civiles durante la Operación Plomo Fundido, una importante ofensiva militar que comenzó el 27 de diciembre de 2008 y acabó el 18 de enero de 2009. El bloqueo constante israelí de Gaza privó de bienes esenciales a los 1.5 millones de residentes e impidió la reconstrucción posterior a la guerra.

Hamas, la Yihad Islámica y otros grupos armados palestinos en Gaza lanzaron indiscriminadamente cohetes contra ciudades y pueblos israelíes. En el momento más álgido de la Operación Plomo Fundido, más de un centenar de cohetes hicieron impacto cada día en Israel, y mataron a tres civiles israelíes. Los cohetes de más largo alcance expusieron a 800,000 israelíes al peligro de ataques.

Durante y después de la guerra, las fuerzas de Hamas en Gaza mataron a presuntos colaboradores con Israel y dispararon e hirieron a numerosos rivales políticos.

En Cisjordania, Israel mantuvo muchas restricciones de la libertad de movimiento de los palestinos, derribó cientos de hogares de acuerdo a reglamentos discriminatorios, continuó la construcción de asentamientos ilegales y siguió deteniendo arbitrariamente a niños y adultos.

habían suspendido previamente el uso de artillería pesada en áreas residenciales de Gaza en noviembre de 2006, después de que un ataque de artillería se cobrara la vida de 23 civiles. Israel nunca había empleado antes el fósforo blanco en Gaza y negó inicialmente haberlo usado durante la Operación Plomo Fundido.

Los soldados israelíes mataron ilegalmente con sus disparos al menos a 11 civiles palestinos, entre ellos cinco mujeres y cuatro niños, que formaban parte de grupos que agitaban banderas blancas para señalar su condición de civiles.

Los dispositivos aéreos teledirigidos de Israel lanzaron misiles que mataron a 87 civiles (sin incluir a la policía) en Gaza, según las ONG de derechos humanos. Entre las víctimas hubo niños que jugaban en los tejados de las casas y estudiantes que esperaban el autobús en áreas donde no había indicios de actividad militar. Los operadores de estos dispositivos teledirigidos tienen tiempo y capacidad suficientes para ver claramente sus objetivos sobre el terreno.