decir, por arte de birlibirloque, que lo que ayer era peligroso para la salud hoy ya no lo es. Y asunto solucionado.

             Las personas evacuadas por el problema de la nuclear están siendo discriminadas en Japón. Los japoneses se han volcado en la ayuda a los refugiados por el tsunami, pero evitan a los refugiados nucleares. Estos han perdido mucho más que los primeros. No sólo a sus seres queridos, su casa y su trabajo, como los otros, sino además la dignidad. Los niños son rechazados en sus nuevas escuelas, los médicos no quieren atender a estar personas, ni siquiera los camiones de mudanzas quieren llevarles sus enseres a otra parte tras la orden o la sugerencia de evacuación. Así somos, no en Japón, sino en todos lados.

             No hay que olvidar Fukushima. Aunque fuera únicamente por egoísmo, por pensar en nuestra propia salud, mejor aún, en la de nuestros hijos, no debemos olvidar que ese problema no se ha solucionado aún y, por mucho que de cuando en cuando se hagan declaraciones que mencionen plazos de meses, fechas, o que expliquen acciones o planes, hasta el momento ni ellos mismos saben aún cuál de todas las estrategias que, más o menos a la palpa, están ensayando, dará finalmente resultado. Y cuánto daño irreparable se habrá ocasionado hasta ese momento. Ya se están produciendo dimisiones de técnicos japoneses que tiran la toalla por no soportar más tanta torpeza del gobierno nipón y de la eléctrica de Tokio. Por el bien de todos, no olvidemos Fukushima.

Chernóbil: 25 años después.
Que este sea el último aniversario
relacionado con la energía nuclear
El vigésimo quinto aniversario del accidente de Chernóbil coincide con el nuevo accidente en la central nuclear de Fukushima, en Japón, desde donde se sigue emitiendo material radiactivo.
Kaos. Ecología | Rojo y Negro www.kaosenlared.net/noticia/chernobil-25-anos-despues-este-sea-ultimo-aniversario-relacionado-ener

 

Al cumplirse 25 años de la explosión en la central nuclear de Chernóbil; es un buen momento para recordar a las miles de personas que sufrieron una muerte temprana como consecuencia de este accidente nuclear, así como a todos aquellos que murieron lentamente de cáncer en los años que siguieron.

             El vigésimo quinto aniversario del accidente de Chernóbil coincide, ironías de la vida, con el nuevo accidente en la central nuclear de Fukushima, en Japón, desde donde se sigue emitiendo material radiactivo. Aunque estos accidentes no sean iguales, sí que tienen algunas cosas en común; por ejemplo, las compañías que vendían la energía no pagarán los daños ocasionados y además, estos daños son mil veces mayores a lo cubierto por los seguros de las centrales nucleares. No es necesario otro accidente nuclear. La mejor manera para evitarlos es acabar gradualmente con la producción de energía nuclear y sustituirla con energía renovable. INFORSE-Europe (*) ha presentado cómo la UE (una de las partes del mundo con más energía nuclear) puede pasarse a la energías renovables en unos 30 años, es decir, antes del 2040. Como parte de la propuesta, se pide que las centrales no sigan funcionando durante más tiempo que para el que fueron diseñadas y que no se construyan centrales nucleares nuevas. Si, tal y como propone INFORSE en su visión sobre la energía sostenible, se combinan eficiencia y energías renovables, la eliminación paulatina de las centrales nucleares puede llevarse a cabo paralelamente a una reducción en las emisiones de carbono y otros gases de efecto invernadero. Como la nueva energía nuclear es más cara que combinaciones óptimas de energía renovable, el cambio de energía nuclear a energías renovables puede resultar más barato que reemplazar las antiguas centrales nucleares con nuevas, eso incluso sin contar con los costes de accidentes nucleares. La mayoría de las soluciones de eficiencia energética son más baratas que cualquier suministro de energía, y con solo una mejor regulación de la eficiencia energética, reduciendo la demanda de energía, se podrían sustituir 16 centrales nucleares solo en Europa. Desde la red de INFORSE y Ecologistas en Acción hacemos un llamamiento a la eliminación paulatina de la energía nuclear y a que la duración de las centrales nucleares no sea de por vida. Cuando dentro de 25 años conmemoremos el aniversario conjunto de Chernóbil y Fukushima, no debería haber ya ninguna central nuclear en funcionamiento. (*) INFORSE-Europe es una red de 180 ONG europeas, entre ellas Ecologistas en Acción, que se dedican a fomentar las energías renovables y la eficiencia energética. Ecologistas en Acción - http://www.ecologistasenaccion.org/

El riesgo nuclear en Chernóbil persiste
por los problemas en el sarcófago

Al cumplirse 25 años del accidente nuclear de Chernóbil. Un cuarto de siglo después, esta instalación sigue suponiendo un peligro por el riesgo de colapso del deteriorado sarcófago que cubre las ruinas del reactor siniestrado, que todavía contiene en su interior los restos activos del combustible nuclear. La nueva estructura que debe cubrir el actual sarcófago se terminará diez años después de lo previsto inicialmente y va a tener un coste tres veces superior al calculado originalmente.

Greenpeace considera que el accidente de Fukushima demuestra que no se aprendió la lección de Chernóbil. “En lugar de camuflar la gravedad del accidente de Fukushima, proponiendo alterar los niveles de la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES) para elevar la clasificación de Chernóbil, como propone la Agencia de Energía Nuclear de la OCDE, la industria nuclear debería reconocer la inevitable peligrosidad de esta energía ¿Qué más tiene que pasar?”, ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de Energía Nuclear de Greenpeace.“

 

Nuevo Sarcófago: problemas y falta de financiación


El Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, que asume la gestión del fondo para la construcción del nuevo sarcófago, estima que su coste total será cercano a los 1.600 millones de euros, de los que España aporta la escasa cantidad de 5,1 millones.
La contribución española no ha sido aumentada en la última conferencia de donantes que tuvo lugar los pasados días 20 al 22 de abril para recabar nuevos fondos.

 

Transcurridos ya 25 años desde la catástrofe de Chernóbil, ha habido tiempo de sobra para solucionar este problema. La situación actual demuestra la irresponsabilidad de la comunidad internacional así como del Gobierno de Ucrania, ya que el estado del actual sarcófago es inaceptable: los muros están agrietados, y el techo está bombeado hacia el interior, y su estructura amenaza con colapsarse”, ha afirmado Bravo.

 

Después del accidente en 1986, se levantó a toda prisa una estructura sobre las ruinas y restos del edificio del reactor siniestrado: el denominado sarcófago. La alta radiación impidió a los ingenieros inspeccionar con precisión la estabilidad de carga de la estructura. Muchas partes prefabricadas tuvieron que ser instaladas con operaciones realizadas a distancia y por lo tanto no pudieron colocarse con precisión, quedando huecos en la estructura. Nunca se tuvo la intención de que el sarcófago fuera una solución definitiva, sino que se diseñó para durar un máximo de 20 a 30 años.
La estabilidad del actual sarcófago frente a un colapso corre un serio peligro debido a los efectos de carga horizontal que crean los temporales de viento, que no son raros en esta zona. Pero la nieve, los incendios y las filtraciones de agua también someten la estructura a una gran presión. Además, los terremotos representan una amenaza añadida como quedó demostrado en 1990, cuando un terremoto moderado agrietó la estructura.

 

La mayoría del combustible nuclear se fundió con el grafito y los cascotes de hormigón formando una especie de lava. Toneladas de polvo radiactivo se hallan dentro de las ruinas del reactor. Si el sarcófago colapsara se liberaría una gran cantidad de radiación.

 

Las filtraciones de agua al interior a través de las grietas es la mayor amenaza para las ruinas porque acelera el deterioro del edificio y destruye la superficie cristalizada de la “lava” de combustible nuclear y del polvo. También se teme que el agua contaminada llegue a los acuíferos. Los análisis del agua subterránea realizados entre 1997 y 2009 cerca del sarcófago mostraron concentraciones muy altas de estroncio-90.

 

Debido a los altos niveles de radiación, la nueva estructura de contención no se puede erigir directamente sobre el viejo sarcófago sino que se construirá en las inmediaciones y luego se deslizará hasta su posición final. El nuevo sarcófago será la estructura móvil más grande jamás construida, con 105 metros de altura, 150 metros de anchura, 257 metros de longitud y un peso de 29.000 toneladas. Está pensada para durar un máximo de 100 años y diseñada para retener el polvo radiactivo y prevenir las filtraciones de agua hacia el interior.

 

Hace 25 años

 

El 26 de abril de 1986, el reactor 4 de la central nuclear de Chernóbil explotó y sufrió una fusión total del núcleo. Los elementos de combustible reventaron; una violenta explosión hizo volar la tapa de sellado del edificio de mil toneladas de peso. Las barras de combustibles se fundieron mientras que la temperatura ascendía a más de 2.000 ºC. Entonces, el reactor de grafito se inflamó: el resultado fue un incendio que ardió durante nueve días, liberando cientos de veces más radiación a la atmósfera que las bombas atómica lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki

En los días posteriores al accidente, miles de toneladas de materiales fueron arrojados desde helicópteros al reactor. Hoy se acepta que las medidas de intervención no tuvieron una influencia significativa para alterar el curso del accidente y para minimizar sus  gravísimas consecuencias radiológicas. La liberación de radiación no paró debido a esas medidas externas, sino porque el accidente llegó a su fin por un proceso “natural” (el combustible remanente se solidificó).

La catástrofe de Chernóbil tuvo lugar hace 25 años pero continúa cobrándose víctimas. Desde una perspectiva a largo plazo, la forma de contaminación radiactiva más importante es del cesio-137, cuya vida media de 30 años, por lo que pasará más de un siglo antes de que los niveles de contaminación decrezcan de forma significativa. Su persistencia hará que los impactos en la salud también se prolonguen durante muchas décadas. Un reciente estudio de Greenpeace mostró que la contaminación existe en la cadena alimentaria de pueblos remotos a cientos de kilómetros lejos de Chernóbil. Otro informe elaborado por Greenpeace en 2006, estimó que el número de fallecidos totales como consecuencia del accidente podría ser cercano a 200.000 personas.

Chernóbil y Fukushima han supuesto los peores accidentes nucleares de la industria civil hasta la fecha. Aún así, no son los únicos. La historia de la energía nuclear es una historia de accidentes, que han ido desde la fusión parcial de los núcleos de los reactores en varios accidentes hasta fugas radiactivas y fallos de los sistemas internos en muchos otros. El historial muestra que estos accidentes no se han ceñido a un momento, país o tipo de reactor en concreto. Y esto pone de relieve lo que Greenpeace ha estado advirtiendo durante décadas: la energía nuclear es intrínsecamente peligrosa.

 

Desde Chernóbil han ocurrido otros accidentes graves, también en reactores “tipo occidental”.

Desde Chernóbil, se han notificado oficialmente al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) cerca de 800 accidentes de fugas importantes.

La OIEA desarrolló un mecanismo, el sistema INES, para clasificar los problemas. Se clasifican y diferencian en una escala de 0 a 7, según el nivel de impacto sobre las personas y el medio ambiente, y los sistemas de protección y seguridad que fallen.

 

Aunque las catástrofes de Chernóbil y Fukushima han sido los únicos accidentes que han llegado al séptimo y más alto nivel en esa escala (INES 7) ha habido otros accidentes e incidentes oficialmente notificados:

 

Ü Cuatro de nivel INES 4 en Japón, India, Bélgica y Egipto

Ü 31 de nivel INES 3 (de los cuales 12 ocurrieron en los reactores nucleares) en 19 países, incluyendo Suecia, EE. UU., Rusia, China, España, Francia y Reino Unido. En España, se trata del accidente de la central nuclear Vandellós-1, en 1989, cerrada definitivamente tras este suceso

Ü 254 de nivel INES 2 (de los cuales 123 fueron en los reactores nucleares) en 34 países, incluido España (Vandellós-2, Cofrentes, Ascó-1, Trillo…)

 

Chernóbil fue una combinación de fallos humanos y mal funcionamiento tecnológico. El desastre alcanzó esas dimensiones debido a una secuencia de pequeños fallos. Pueden observarse patrones similares en otros accidentes históricos. Siempre se trata de una combinación de numerosos factores. Y con frecuencia, la presión política o económica sobre el operador suele tener algo que ver. Por lo tanto, solo es cuestión de suerte que esa combinación de pequeños errores y fallos conduzca a un desastre grave o a un incidente limitado. Más abajo se ofrecen varios ejemplos de accidentes nucleares recientes que ocurrieron mucho después de Chernóbil y de que la industria hubiera, supuestamente, aprendido la lección.

 

Accidentes nucleares recientes:

 

è Shika (Japón), 1999 – Durante una prueba rutinaria de los sistemas de seguridad, tres barras de control se cayeron del núcleo del reactor y provocaron reacciones nucleares incontroladas. Posteriormente falló el sistema de emergencia y los operadores tuvieron que solucionar el problema de forma manual, lo que les llevó 15 minutos. Sucedió cuando repostaban, con la vasija del reactor abierta, dejando las puertas abiertas a posibles fugas de radiación. El accidente se escondió y solo se informó a la agencia reguladora nuclear nacional ocho años más tarde.

è Tokai Mura (Japón), septiembre 1999 – Ocurrió un serio accidente en las instalaciones de producción de combustible nuclear. Tres trabajadores violaron de forma extremadamente grave los procedimientos de seguridad: utilizaron uranio enriquecido al 19% en lugar del exigido, que está entre el 3% y el 5%, y vertieron en el contenedor 16 kg de la solución en vez de los 2,4 kg prescritos. El resultado fue que se alcanzó un nivel crítico y se desencadenó una reacción nuclear incontrolada. La radiación intensiva que se emitió afectó no solo a los trabajadores, sino también a la zona, donde vivían miles de ciudadanos desprevenidos. La empresa tardó casi una hora en darse cuenta, admitir lo que había sucedido e informar a las autoridades. Unas horas después la zona fue evacuada. La radiación en la valla de las instalaciones excedía los niveles normales en más de 15.000 veces. Las características del accidente fueron similares a las de Chernóbil: una grave violación de los protocolos de seguridad, una secuencia de errores humanos y no informar del riesgo a las autoridades y al público. Las investigaciones también demostraron que la empresa estaba saltándose los procedimientos técnicos para acelerar la producción y que no había ningún protocolo de emergencia para ese tipo de accidente porque nadie pensó que pudiera ocurrir.

è David-Besse (EE. UU.), marzo de 2002 –  Estados Unidos, con el parque de centrales nucleares más grande del mundo, evitó por poco un accidente catastrófico en el reactor de David-Besse en 2002, cuando se descubrió que la corrosión casi había penetrado en la vasija de presión. Se trataba de un escenario de accidente que finalmente podría haber llevado a la fusión del reactor. En teoría la vasija tendría que haber sido inspeccionada con regularidad, pero la corrosión había avanzado sin ser detectada durante una década; los trabajadores responsables fueron condenados por falsificación de los protocolos de inspección y de los informes. 

è Kozlody (Bulgaria), marzo de 2006 – En un reactor moderno de agua presurizada, más de un tercio de las

Nº 211JUNIO - 2011