Nº 203OCTUBRE - 2010

En efecto, Nazacara de Pacajes es el único municipio de Bolivia 100% indígena, concretamente aymara, pero evidentemente es también un caso aislado y no representa la generalidad de los municipios que tienen más población, más extensión territorial y mayor número de comunidades y pequeños centros poblados. En los valles este caso no se repite pero el que se acerca mucho es el municipio de Curva ubicado en el norte de La Paz en la región Kallahuaya, que tiene 99% de población indígena, la mayoría quechuas. En este caso, se trata de un municipio relativamente chico (596 Km2 y 2.213 habitantes) pero no tanto como Nazacara de Pacajes en el altiplano.

Muy cerca al 100% está también el municipio de Chayanta en Potosí con 98% de indígenas quechuas y con una población importante, 14.165 habitantes.

Si optáramos por una definición de que los municipios homogéneos son aquellos con al menos 95% de población indígena veríamos que el número de municipios que se inscriben en esta categoría son 37 del altiplano y 36 de los valles, esto representa el 29% de los municipios de las tierras altas. Está claro que los municipios con mayoría indígena son un fenómeno andino. En tierras bajas no hay ni un solo municipio con 95% de población indígena aunque existen dos municipios cercanos: Urubichá con 93% y San Miguel de Velasco con 92%.

Según la Constitución Política del Estado (CPE) uno de los requisitos para que un territorio o municipio adquiera la cualidad de Autonomía Indígena Originaria Campesina es necesaria la voluntad de su población, expresada en consulta (Art. 290), es decir, no exige como requisito que tenga una población mayoritariamente indígena de acuerdo a la pregunta de autoidentificación del Censo 2001 u otra. Pero es razonable que es un punto de partida imprescindible ya que además la Constitución exige como requisitos básicos que la población indígena tenga en común un mismo territorio, cultura, historia, lengua e instituciones. Pero, a pesar de que un municipio sea territorial y poblacionalmente indígena está también claro que no necesariamente todos los que se declararon como indígenas van a expresar su voluntad y apoyo en el referéndum autonómico indígena, de aceptación -o no- de la Autonomía Indígena Originaria Campesina

3.2. ¿AUTONOMÍAS AYMARAS O QUECHUAS?

En el caso de las tierras altas la gran mayoría de los municipios son quechuas y aymaras. Sin embargo, para fines de establecer un criterio analítico que caracterice a un municipio como aymara, quechua o una combinación de ambos, se ha diseñado el siguiente procedimiento:

1. Si dentro de un municipio uno de los pueblos indígenas originarios tiene más de 2/3 (66,6%) de población con respecto al otro, entonces se caracteriza como municipio de ese pueblo indígena.

2. Si los dos pueblos indígenas tienen simultáneamente una población indígena mayor a 1/3 (33.3%) pero menor a 2/3 (66,6%), entonces es un municipio quechua-aymara o aymara-quechua.

Estos criterios son válidos para cuando los aymaras y quechuas sumados alcancen en total una cifra mayor al 50% de la población municipal. Existen casos puntuales en que el pueblo indígena mayoritario es otro (no es aymara ni quechua). El siguiente cuadro detalla esta caracterización, incluyendo el caso de otros pueblos indígenas.

La conclusión es algo obvia: la región de los valles está poblada mayoritariamente por quechuas y el altiplano es la región aymara por excelencia. Los municipios quechua-aymaras o aymara-quechuas son 9 en total y mayoritariamente están en los valles. En cualquier caso, los municipios aymaras y quechuas son predominantes (85,3% de los municipios) mientras que los mayoritariamente indígenas no aymaras ni quechuas son la minoría (2,4%) y el resto de los municipios no tienen mayoría indígena (12,3%).

Si bien en términos de población los quechuas son más que los aymaras, en cuanto al número de municipios que ocupan, los aymaras casi igualan a los quechuas. Los quechuas en total tienen dominio sobre 104 municipios y los aymaras sobre 96. La explicación es que los quechuas están asentados en municipios más densamente poblados

como son los de los valles mientras que la población aymara está distribuida en varios municipios del altiplano.

En el altiplano existen dos municipios con composición mixta importante entre aymaras y quechuas. Uno de ellos es el Municipio de Santiago de Huari en Oruro donde los aymaras son el 56% y los quechuas el 35%. Esto se explica porque esta región es fronteriza entre los quechuas y aymaras donde es común que la gente además hable los dos idiomas. Otro municipio de composición mixta es la ciudad de Oruro con 37% de población quechua y 21% aymara que, a diferencia del anterior municipio, es predominantemente urbano. Al margen de ello, en el altiplano existen dos municipios que no son aymaras ni quechuas ni una combinación de ambas: Chipaya donde el 95% es población Uru y el municipio de Carangas también en Oruro cuya población indígena bordea el 50%, compuesta por 1% de quechuas y el resto aymaras, factor que no lo define ni como aymara ni como una combinación.

En el caso de los valles, los municipios quechua-aymaras son siete y son los siguientes: Urmiri de Potosí, Pelechuco y Ayata en el norte de La Paz, Challapata en Oruro, Mapiri y Tipuani en la provincia Larecaja de La Paz y Cajuata en Inquisivi también de La Paz. Son sectores fronterizos entre los dos pueblos y se encuentran principalmente en el norte paceño y valles de La Paz.

También en valles son cuatro los municipios mayoritariamente conformados por otro pueblo indígena no andino: Gutiérrez y Lagunillas en la provincia Cordillera de Santa Cruz, Huacaya en Chuquisaca y San Buenaventura en el norte paceño. A excepción del último, todos están poblados mayoritariamente por Guaranís, mientras que San Buenaventura está habitado por 16% de quechuas, 7% de aymaras y otros pueblos indígenas en un 29% (el resto, 48% no se reconoce indígena). Tiene predominancia indígena en total apenas por encima del 50% pero su conformación es bastante heterogénea y se puede afirmar que es el municipio ícono de interculturalidad, al menos de las tierras altas.

 

3.3. AUTONOMÍAS INDÍGENAS URBANAS

 

La Autonomía Indígena Originaria Campesina tiene un carácter ruralista en la Constitución porque las competencias asignadas son más afines al desarrollo rural y agropecuario y porque tanto su formación como funcionamiento depende de lógicas comunitarias que no necesariamente se replican en territorios urbanos.

Paradójicamente hay que resaltar que la mayoría de la población indígena vive en centros urbanos y existen municipios con importante población urbana como Viacha, Achacachi o Sica Sica. Si el espíritu de los cambios constitucionales es superar la exclusión de los pueblos indígenas, está claro que sus derechos no pueden ser reconocidos sólo mientras vivan en territorios rurales, ancestrales y aislados de las ciudades. Por tanto, el desafío pendiente es diseñar las autonomías indígenas de modo tal que las ciudades con mayoría indígena como El Alto tengan un modelo político a la imagen de su condición étnica que facilite a sus ciudadanos una relación más directa en las decisiones públicas, por ejemplo, a partir de la participación política según mecanismos comunitarios o el ejercicio de la justicia comunitaria en ciertos ámbitos.

Como ya hemos adelantado, en la ciudad de El Alto la participación ciudadana y comunitaria directa, tal como en las comunidades y ayllus, es más que difícil, salvo mediante referéndum o plebiscitos. Sin embargo, el mismo hecho de que su población proviene mayoritariamente de comunidades aymaras, constituye un elemento fundamental para pasar efectivamente de una democracia representativa a una democracia más participativa o deliberativa.

En términos amplios, las formas comunitarias de participación política se pueden recuperar en el ámbito urbano para cualificar la participación ciudadana en la toma de decisiones políticas. Por tanto, las futuras autonomías indígenas en ámbitos urbanos tendrían que diferenciarse cualitativamente de sus pares rurales o de territorios no indígenas por practicar formas de democracia participativa inspirada en la lógica comunitaria o indígena, además de la democracia representativa.

Se justifica la necesidad de avanzar en el fortalecimiento de formas comunitarias de participación política para el ámbito urbano,  porque éstas tienen potencial para recoger mejor las experiencias y conocimientos de los ciudadanos sobre sus necesidades sociales o públicas. Estos mecanismos de canalización de los intereses tendrían que estar contextualizados según 54 MUNICIPIOS Y POBLACIÓN INDÍGENA la complejidad y realidad urbana. En términos de elección de autoridades ejecutivas y legislativas, ello significa combinar el sistema de “un ciudadano un voto” con formas de elección colectivas mediante asambleas o cabildos.

Esto no es del todo novedoso. Es normal que previo al voto en urnas, los candidatos generalmente transiten por elecciones previas de carácter colectivo ya sea al interior de los partidos políticos o en otras esferas como juntas de vecinos u organizaciones. Sin embargo, no por ello significa que sean espacios de participación política altamente democráticos, al contrario, pueden estar muy restringidos a los militantes o incluso cúpulas de los partidos o de las organizaciones participantes.

Entonces, las autonomías indígenas urbanas podrían estar instituidas sobre la base de un sistema político y electoral (normas, instituciones y procedimientos) en el que se practiquen elecciones según la lógica comunitaria o colectiva combinada con la votación individual en urnas. En esa línea, una de las tantas opciones que se puede estudiar es la elección en dos etapas: elecciones comunitarias y elecciones generales. La primera sugiere procesos de selección de candidatos mediante asambleas o cabildos sin que ello limite o excluya la participación política de ciudadanos independientes no indígenas.

La segunda más bien hace referencia a un proceso electoral final que permita a los votantes elegir sin importar su afiliación partidaria.

La constitución de la autonomía indígena en ámbitos urbanos no termina en un sistema de participación política y electoral distinto sino que es apenas uno de sus componentes. Existen otras competencias propias de los pueblos indígenas y que son posibles de desarrollar en los ámbitos urbanos, como es el caso de la justicia comunitaria, donde las autoridades nombradas para ello podrían ejercer sus mandatos de acuerdo a sus tradiciones, derecho propio y dentro de sus competencias a precisarse en la Ley de Deslinde Jurisdiccional, que ordena la Constitución. Desde luego que las normas y procedimientos propios preferentemente tendrían que atender conflictos de carácter privado de familias indígenas y el Estado debería garantizar que las decisiones indígenas sean respetadas por las instituciones y autoridades públicas, además de velar para que las actuaciones no sean atentatorias a los derechos humanos y universales.

Sugerencia de ACTIVIDADES

Ü  En un mapa de América Latina dibuja la cordillera de los Andes

Ü ¿Constituyen las tierras altas la mayor parte del territorio de Bolivia?

Ü Las tierras altas constituyen el ___% del territorio boliviano pero viven el ____% de la población.

Ü ¿Cuántos pueblos indígenas están identificados en Bolivia? ¿Y cuáles son mayoritarios?

Ü La mayor parte de los quechuas viven en los __________ y la mayor parte de los Aymaras viven en el _____________, sin embargo comparte la cultura___________

Ü ¿Con qué departamentos se asocian las tierras altas y bajas?

Ü ¿Cuántos municipios podemos encontrar en las tierras altas y qué porcentaje de población encontramos en ellos?

Ü ¿Cómo se llama el famoso lago que comparten Bolivia y Perú, y a qué altitud se encuentra?

Ü ¿Los municipios más pequeños están en tierras ________los más grandes están en tierras_______?

Ü El municipio con mayor extensión territorial es _________ en el departamento de ________ con________Km2.

Ü Haz una gráfica de barras, con la autoidentificación indígena que puedes encontrar en el cuadro 2.

Ü Haz otra gráfica para cada uno de los pueblos indígenas del cuadro 2, distribuidos por edades.

Ü ¿Existen municipios que sean prácticamente homogéneos en cuanto a población indígena?

Ü ¿Qué importancia tiene esto?

Ü ¿Cuántos municipios podemos encontrar en el altiplano que sean quechuas?     ¿cuántos que sean aymaras?    ¿cuántos quechuas podemos encontrar en el valle?     ¿y cuantos aymaras?      ¿y una mezcla de los dos pueblos, en el altiplano___ y en el valle? En total cuántos municipios podemos decir que son puramente indígenas sumandos estas dos etnias mayoritarias.

Ü ¿Crees que a la hora de legislar el gobierno debería tener en cuenta la gran mayoría de indígenas de la población boliviana?

Ü ¿Crees que las reformas autonómicas en Bolivia deben de facilitar a sus ciudadanos una relación más directa en las decisiones públicas, por ejemplo, a partir de la participación política según mecanismos comunitarios o el ejercicio de la justicia comunitaria en ciertos ámbitos.  ¿Por qué?

Ü ¿Cómo es la democracia que practican los indígenas?

Ü ¿Diferencia entre democracia representativa y democracia  deliberativa.?

Ü ¿Qué sistema te parece más democrático?

Ü ¿En España que sistema se practica?

Ü ¿Cómo justifica el autor la necesidad de avanzar en el fortalecimiento de formas comunitarias de participación política?