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Nº 195

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30de enero día  escolar de la
Noviolencia y la PazHUELGA DE HAMBRE, AYUNO,
AYUNO SATYAGRAHICuadro de texto: Quien ayuna y sabe prescindir de todo bien material, por el hecho de dejar por días el bocado cotidiano, es en verdad el hombre más rico del mundo que a su muerte llevará todo lo que fue.
Víctor Zendejas
Cuadro de texto: LA PAZ ES UNA COSA    
La Paz es una cosa
que se posa
y cuando se posa
la libertad asoma.
Con Paz
no habría guerras ni peleas al azar
con Paz habría felicidad
y dulzura universal
La Paz es una cosa
que se posa
y cuando se posa
la calidad de las personas asoma
buena gente son
o mala al ton ni son
La Paz es una cosa
que se posa
y los colores asoman
con los rayos del sol
que me gustan un montón.
Violeta Aragón Martínez, 10 años 
nuestra socia más joven. 
La batalla por un ideal

JORGE URDÁNOZ GANUZA. Doctor en filosofía, es visiting scholar en la Universidad de Nueva York. El País 15/09/2009

ACTIVIDADESCuadro de texto: Elabora un trabajo, recordando la figura de Pepe Beunza, de los Objetores de Conciencia al Servicio Militar y la Insumisión. ¿Por qué los insumisos eran encarcelados?  ¿Qué era la insumisión? ¿cuántos insumisos vieron las cárceles de la democracia española? ¿Por qué los insumisos rechazaron la  Ley de Objeción de Conciencia? ¿quiénes eran los objetores prestacionistas, etc?

Trabajo coordinado por el Abogado Raúl Arce, siendo acompañado por los integrantes del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica Nacional, Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí Garay, Odontóloga Emy Arduña, Abogada Teresita Abelenda, Prof. Rubén Darío Borda, y Magíster Miguel Armando Garrido.

 

             El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia de Paz y Conflictos, dirigido por el Dr. Mario López Martinez, del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España, autores de la Voz: Mario López Martinez y Juan Manuel León Millán.

 

¿QUÉ ES LA HUELGA DE HAMBRE?

Es la negativa de una persona o de un grupo de personas a alimentarse, realizada de una manera notoria con el objeto de llamar la atención sobre una injusticia que se desea sea subsanada.

 

¿DE QUÉ SE TRATA LA HUELGA DE HAMBRE?

Se trata, por tanto, de un Método Ético-Político de Protesta e Intervención, de tipo psicológico y moral, por medio del cual los activistas se abstienen de una parte o de todo tipo de comidas, por razones políticas o para buscar cambios sociales.

 

LA HUELGA DE HAMBRE NO DEBE CONFUNDIRSE CON EL SIMPLE AYUNO

No debe, por tanto, confundirse con el Simple Ayuno, entendido éste como el negarse simplemente a comer por razones Religiosas (rituales de purificación o para fortalecimiento espiritual, tales como: el ramadán, la cuaresma, alguna penitencia, etc.), Dietéticas (cura de salud, limpieza corporal, etc.), Médico-terapéuticas (tratamiento farmacológico o médico, etc.) o de cualquier otro tipo que no impliquen un llamado a la opinión pública.

 

Es, en consecuencia, un acto privado y personal que no trasciende a otras esferas.

 

DISTINTOS TIPOS DE HUELGAS DE HAMBRE

Ahora bien, dentro de lo que podríamos denominar, genéricamente, como Huelga de Hambre cabría distinguir algunas diferencias. Para confirmar algunas de estas disparidades conviene adoptar la clasificación que realizó Gene Sharp (The Politics of Nonviolent Action), el cual además de tener en cuenta la variable tiempo (duración temporal de tal privación), contempla con especial atención la finalidad que se persigue y los destinatarios a los que va dirigida la abstinencia pública en el comer. Así cabe distinguir entre:

 

n AYUNO DE PRESIÓN MORAL: es aquél que se hace con la intención de ejercer una cierta influencia moral en los otros para conseguir un objetivo.

n HUELGA DE HAMBRE: es el rechazo a comer con la finalidad de forzar al adversario a tomar ciertas decisiones pero sin intentar conmoverle o cambiarle, sino ejerciendo cierto grado de coerción y exigencia sobre él.

n AYUNO SATYAGRAHI-GANDHIANO: en el que se busca y se persigue, muy especialmente, la conversión del corazón y del ánimo del adversario.

 

Influir, forzar y convertir esos son, respectivamente, los verbos claves.

             Se tratan, asimismo, de tres casos que se pueden calificar de métodos o demostraciones Noviolentas o, al menos, con ausencia de violencia directa. Sin embargo, aunque hablamos de Ayunos Políticos para los tres casos, y aunque son relativamente fáciles de distinguir por lo menos desde un punto de vista teórico o doctrinal, no obstante, las diferencias entre los tres modelos no resultan tan cómodas de discriminar en un análisis histórico de casos, donde se mezclan intenciones, finalidades y objetivos de todo tipo y donde las fronteras de un patrón de abstinencia política en el comer no es simple de determinar. No obstante, a través de algunos ejemplos, veremos tales distinciones.

 

AYUNO DE PRESIÓN MORAL

Por Ayuno de Presión Moral se entiende la apelación a una tercera parte o a un oponente en orden a alcanzar un objetivo. A menudo, el activista comprometido en un ayuno está apelando al Humanitarismo o Altruismo o a algún orden moral, religioso o ideal legal supuestamente compartido por ambas partes.

 

n Metas del Ayuno de Presión Moral:

Una de las mayores metas del Ayuno Moral es llamar la atención sobre un problema específico y singular.

Veamos algunos ejemplos de Ayuno de Presión Moral en relación con la Defensa de los Derechos Civiles y Políticos:

¨ en diversas ocasiones grupos abolicionistas realizaron ayunos para instar a los mandatarios y a los esclavistas a que se tratará compasiva y humanamente a sus esclavos. En relación con los Procesos de Descolonización, el Ayuntamiento de Virginia votó, el 24 de Mayo de 1774, la creación de un día de “Ayuno, Humildad y Oración” para invocar la ayuda divina que impidió, a los Ingleses, que les llegaran a negar sus Derechos Civiles.

¨ Otros Gobiernos Coloniales, Británicos, Franceses, encajaron ayunos similares en otras partes del Mundo. A principios del Siglo XX, diversos grupos de sufragistas, realizaron Ayunos Morales para llamar la atención y tratar de influir en la opinión pública o en los cambios de legislación electoral.
Igualmente, también, existen ejemplos que van en la línea de la Defensa de Derechos Sociales y Económicos.

¨ En el Sur de Italia, Danilo Dolci realizó, en 1952, un Ayuno Individual para llamar la atención sobre la pobreza y, en 1956, organizó un Ayuno Colectivo con los pescadores para protestar por su desempleo.

¨ También en el Sur de Europa, en Andalucía, en el pequeño Pueblo de Marinaleda (Sevilla), su Alcalde Juan Manuel Sánchez Gordillo, desplegó un Ayuno Moral por más de una semana, en Agosto de 1980, al que le secundó todo el pueblo:


“¿Qué es lo que hay detrás de la Huelga de Hambre? -decía este dirigente-: en primer lugar, tapar el hambre, es decir, que con la Huelga queríamos combatir precisamente
el Hambre físico que padece nuestro Pueblo, ello a pesar de ser nuestra comarca una zona rica, muy rica; en segundo lugar, con nuestra acción lo que hacemos es volver a poner el dedo en la llaga del problema de fondo que tiene Andalucía, esto es la tierra,la Reforma Agraria”.

            

             En general, se tratan de Huelgas de Corta o Moderada Duración que procuran apelar a la sensibilidad Ética, tanto Social como Política, o se recurre a un orden Moral compartido por abstinente, adversario y opinión pública.

             Sin embargo, no se pretende extremar las posiciones o procurar grandes distancias con el oponente, sino contribuir a un mejor Diálogo, de hecho, el Ayuno Político es sólo un Medio, nunca se convierte en un fin para destruir o derrotar al contrincante.

 

HUELGA DE HAMBRE

             De otra parte, sin embargo, en la Huelga de Hambre, el activista intenta ejercer una fuerte presión y exigencia en su antagonista para forzarle a cambiar ciertas políticas o conductas. Ese mandato podrá conducirlo, si es necesario y si así lo estima, hasta su máximo nivel de tensión que es la coerción.

             La Huelga de Hambre puede durar un tiempo indefinido o puede seguirse hasta la muerte que sería la máxima expresión de forcejeo, sin cuartel, entre antagonista y opositor. No busca, sin embargo, el Huelguista sacrificar, en balde, su vida que es lo más preciado que tiene, sino conducir al límite último a su antagonista, aquel en el que éste tiene –bajo su responsabilidad- la vida de la otra persona, su acción u omisión puede dejarle morir o no. Es, por tanto, el tiempo el que obra en contra de ambas partes, restando a cada paso oportunidades para que el Proceso no sea irreversible y de dramáticas consecuencias para el Huelguista. Se trata de una Tensión Escalonada, que una parte ve como un chantaje, y la otra como su única arma de presión. Se establece, en este contexto, una relación de fuerza y constreñimiento que refleja un agudo conflicto entre las partes, en las que se enfrentan principios profundos, motivaciones estratégicas y dinámicas extremas.

Huelga de Hambre

Cuestionaron en la España de los años setenta el servicio militar obligatorio con propuestas no violentas. Su recuerdo es oportuno en un país con tantos adolescentes sin ideales y tantos políticos sin generosidad

             Aunque parezca ciencia-ficción, cientos de jóvenes iban a la cárcel en defensa de sus valores.

             La cita de Gandhi se repetía por doquier: "No hay un camino a la paz, la paz es el camino"

 

 

De quién se dice aquello de "no sabían que era imposible y lo han conseguido"? Porque si alguien se merece la cita, ésos son los insumisos que en su día vencieron al ejército. Un ejército, el heredado de la dictadura, que no tenía entre los españoles la mejor de las reputaciones, estigmatizado como estaba por haber sido uno de los puntales de la represión franquista. El movimiento antimilitarista le plantó cara pronto y, casi inconcebiblemente, terminó ganando una batalla que sólo cabía dar por perdida. Los insumisos lograron acabar con la mili obligatoria y forzaron a la institución militar a replantear toda su estrategia de fondo. Fue, por muchos motivos, un acontecimiento singular, y merece la pena recordarlo.

No es fácil acotar los orígenes del proceso. La fundación oficial del Movimiento de Objeción de Conciencia -el MOC, el colectivo que gozó de un mayor protagonismo durante los años de la insumisión- data de 1977, pero hay acuerdo en considerar que tal fecha supuso tan sólo un bautizo más o menos formal a un impulso que tenía ya algunos años. En 1971, con el dictador todavía atado y bien atado a los resortes del poder, Pepe Beunza, el padre del antimilitarismo español, se convirtió en el primer insumiso no religioso al ejército obligatorio (los Testigos de Jehová se habían negado a alistarse desde siempre). Lo arrastraron por 10 prisiones durante casi tres años, pero con el tiempo pudo ver cómo la incorporación a filas dejaba de ser obligatoria. Hoy en día sigue siendo un referente para el movimiento por la paz en nuestro país.

El antimilitarismo bebió de la rebeldía de Mayo del 68, del pacifismo cristiano de los movimientos de base y de los procesos de desobediencia civil inaugurados por Thoreau, Gandhi y Luther King. Hubo también, es cierto, una insumisión específicamente nacionalista. No al ejército, sino a España. No antimilitarista, sino militarista a la contra. Pero de ésa no hablaremos aquí, pues no es sino el mismo belicismo con distintas insignias. La insumisión de la que nos ocuparemos aquí es aquella que ofrecía razones y ejemplos contra una organización social estúpida, injusta y ciega, no contra los particulares colores de la bandera que la arropaba.

Aunque hoy parezca ciencia-ficción, los jóvenes de entonces iban a la cárcel dos años, cuatro meses y un día por un ideal. Podían optar por hacer la prestación social sustitutoria durante un año, por supuesto, pero eso era hacerle el juego al sistema militarista y permitir, por tanto, su perpetuación. Así que decían adiós a sus familias, a sus estudios o a sus trabajos... y se entregaban. Seguían las enseñanzas de la desobediencia civil: jamás acatar lo injusto, pero nunca responder con la violencia. Y asumían además el castigo legalmente establecido. Porque, como Gandhi y King habían enseñado, sólo así puede la sociedad vislumbrar las injusticias y percibirlas como tales, y sólo así será posible el cambio. Por eso centenares de jóvenes que no sólo no habían hecho absolutamente nada, sino que eran en muchos sentidos los mejores de entre nosotros, acababan en prisión. Y, extramuros, la sociedad empezó a plantearse cosas.

Es difícil, sospecho, que un adolescente de hoy conciba algo semejante. No hay fuerza de convicción más poderosa que la sinceridad y el ejemplo, pero ya no abundan. Yo no viví la transición, pero intuyo que entonces los ideales democráticos eran eso, ideales, y no la palabrería hueca y pomposa en la que se han convertido ahora. Entonces un partido como el PSOE podía ceder a otro grupo político uno de sus dos asientos de los siete que formaban la comisión que habría de redactar la Constitución (¡la Constitución!), sólo porque creía que era justo que así fuera, aunque nada le obligara legalmente a ello.

¿Podemos imaginar algo parecido ahora, cuando nadie le hace ascos ni al menor tránsfuga de pueblo? Para bien y para mal, con la democracia llegó también el desencanto. La política dejó de ser aquello de conseguir el poder para poner en práctica los ideales e, imperceptiblemente, se convirtió en el manejo de los ideales para conseguir el poder.

Los insumisos fueron probablemente los últimos grandes idealistas que dieron la batalla en la arena específicamente política y estatal. Tras ellos, las ansias de transformación buscaron otros cauces. A la desnuda autenticidad de su idealismo, que a nada conduce por sí sola, sumaban unas razones de fondo que era difícil rebatir. La mili obligatoria se había convertido en un ritual vacío de todo contenido. Era un semillero de suicidios, de frustración, un sinsentido amargo. Y el pacifismo dibujaba un horizonte de posibilidades cargadas de esperanza. La cita de Gandhi se repetía por doquier: "No hay un camino a la paz, la paz es el camino". A Thoreau, encarcelado por negarse a pagar unos impuestos que apuntalaban la esclavitud, su mejor amigo le preguntó: "¿Cómo es posible que estés en la cárcel". A lo que él simplemente contestó: "¿Cómo lo es que no estés tú?". Era la anécdota definitiva.

No se trataba sólo de ser justos en la lucha, se trataba de luchar por algo que era eminentemente justo. La abolición de los ejércitos, la concordia universal, la educación por la paz, el desarme... todo era posible y todo había que intentarlo.

De alguna manera, el movimiento murió de éxito. Con la mili obligatoria se extinguió también el móvil aglutinante fundamental. Los insumisos fueron olvidados. Hoy están entre nosotros: pueden ser el carnicero, el bibliotecario o el conductor del autobús, pero lo ignoramos. No recibieron jamás ni una medalla, ni una condecoración, ni un reconocimiento, nada. Gracias a ellos, miles y miles de conciudadanos no desperdiciamos nueve meses de nuestras vidas, pero nadie les ha dicho nunca algo parecido a "gracias". Ni Pepe Beunza, ni el MOC, ni nada ni nadie han sido candidatos a reconocimiento institucional alguno. Ni una nota a pie de página, sólo silencio. Con todo, el movimiento antimilitarista sigue activo, por supuesto. Tecleen en Google "objeción fiscal"... razones y motivos, por desgracia, no faltan.

¿Y el ejército? La experiencia le hizo aprender muchísimo. Inició una campaña de desinformación digna de Orwell: basta decir que la idea-fuerza es la paz. "Misiones de paz", "ejército humanitario", etcétera. Todo muy bonito y todo mentira: la cruda verdad es que tan sólo el 1% de su presupuesto se dedica a ese tipo de misiones internacionales.

Y se trata siempre de misiones en las que España tiene algún interés político obvio. Y abundan las denuncias de brutalidad, de ineficacia o de cosas peores. Y, si de ayudar se trata, las ONG lo hacen mejor y salen más baratas. Siete veces más baratas, exactamente. Y más allá de eso, ¿qué clase de empresa anuncia tan sólo el 1% de su actividad? La maniobra es tan exitosa que incluso se les ha permitido sacar a niños de las escuelas para llevarlos de excursión a los cuarteles. ¿Educación para la paz? No: el mundo al revés.

Si el movimiento antimilitarista no fue más allá a pesar de todo el potencial que encierra se debió probablemente a una carencia de diagnóstico, de visión global. Una lacra que caracteriza nuestra época: nadie sabe hoy en qué creer. Pero ¿por qué los barrios ricos necesitan muros, cámaras y seguridad privada, y por tanto han de invertir en ello buena parte de su presupuesto? Porque si son ricos es que hay otros que son pobres.

 

Pongan "países" donde digo "barrios" y "ejércitos" donde digo "seguridad privada" y tendrán una fotografía bastante aproximada del concierto mundial de las naciones. Un concierto difícil de cambiar, si no imposible. Aunque quizás, en alguna parte, alguien no lo sepa y haya empezado ya a intentar lo inaudito. Nunca se sabe cuándo prende la chispa de lo imposible.

Centro de Documentación y Educación para la Paz