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Nº 185

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Historias dignas
de conocer

                 El tema elegido cada año para el boletín de AHIMSA del mes de febrero es, la cooperación, la ayuda al desarrollos y la solidaridad en general. Este año, hemos querido que conozcáis a algunos de los muchachos y muchachas becados por AHIMSA, que conozcáis un poco de su vida, de su trabajo así como del esfuerzo que tienen que realizar para conseguir ir a la escuela, seguir unos estudios, etc, en fin, algo tan elemental y tan despreciado, a veces por nuestros jóvenes, como es la educación y la formación, y que estos muchachos y muchachas con la poca ayuda que le estamos proporcionando desde AHIMSA, están sabiendo aprovechar con éxitos que muchos de nosotros/as los quisiéramos para nuestros hijos/as. A las dificultades económicas y a los problemas familiares y culturales, hay que sumarle el complicado sistema de estudios de Camerún, que dificulta enormemente los estudios de los jóvenes con escasos recursos económicos. Una vez finalizada la primaria, quienes deseen seguir estudios de bachiller deben de superar un examen de ingreso, que les habilita para matricularse en un CES, aquí podrán cursar desde primero a cuarto de bachiller. Para promocionar a quinto deberán de superar otro examen de revalidad; una vez aprobado sexto, tendrán otra revalidad y terminado séptimo para conseguir el título de bachiller deberán de someterse a otra revalida. Hay que sumar a esta carrera de obstáculos, la ratio de alumnos/as por aula, mínimo 60, la falta de profesorado, la obligatoriedad de tres idiomas, y la falta de centros, sobre todo de bachiller, lo que obliga a los jóvenes del campo y de las montañas a desplazarse entre 15 y 80 kilómetros de su poblado, en fin, son tantas las dificultadas que encuentran estos chicos y chicas, que aquellos/as que logran terminar su bachiller merecen todo nuestro reconocimiento y felicitación, a todos ellos les dedicamos este boletín.

Cuadro de texto: Dos jóvenes que
rompen barreras
“rebeldes” y “rompedoras”
Cuadro de texto: Catherine y Madeleine son hijas de un primer matrimonio en el que el padre es polígamo, son  las dos hermanas mayores. Las condiciones generales de vida son difíciles para cualquier familia, en este caso, concurren unas circunstancias que lo agravan más ya que son 13 hermanos y, además ellas son mujeres. Su padre ha hecho lo posible por casarlas y convencerlas para que abandonen la escuela

 	Como ellas se han negado, las discusiones y problemas con su padre son muy frecuentes. Él nunca ha ayudado en nada a la formación escolar de sus hijas y seguro que nunca lo hará. Gracias a AHIMSA, hemos podido mantener a estas dos jóvenes en el proyecto y han logrado salir adelante y en sus estudios.

Catherine la mayor, de 20 años, es la única joven que ha logrado llegar hasta sexto de bachiller. ¡Es  la primera bachiller del poblado de Zheleved! Nunca una joven de Zheleved había llegado a tan alto nivel de estudios y esto a pesar de la pobreza extrema de su familia y de la fuerte oposición de su padre.

Madeleine de 18 años, siguiendo el ejemplo de su hermana ha querido estudiar; lamentablemente tuvo que repetir el cuarto año de bachillerato pero ella no se desanimó y, durante estos dos cursos últimos se ha entregado al estudio con seriedad y esmero, logrando muy buenas notas en todos sus promedios trimestrales. Se encuentra actualmente en quinto año de bachillerato.

Al igual que su hermana, ella motiva a las demás niñas del poblado a progresar en sus estudios a pesar de las dificultades económicas y de la incomprensión de los padres de familia, muchos de los cuales tienen ideas fijas a cerca de que la formación escolar es sólo para los hombres y no para las mujeres.

El nivel de formación escolar de la población de Zheleved es muy bajo, concretamente el de las mujeres es “minúsculo”. Con el progreso de estas dos jóvenes una nueva puerta se está abriendo para la mujer en Zheleved, pues, gracias a su ejemplo, algunas niñas han comenzado, desde el pasado año, sus estudios de secundaria en el CES de Ouzal, construido por AHIMSA.

Ayudar a Catherine y a Madeleine a continuar sus estudios es ayudarle a toda la población de esta región pues se van concientizando al mismo tiempo los padres de familia y las mismas jóvenes que van comprendiendo que ellas tienen derecho y capacidades para la formación escolar y, con su éxito en los estudios, pueden  demostrar que el matrimonio precoz, practicado tradicionalmente, no es un valor cultural sino un freno al desarrollo y progreso de la juventud y de la mujer en África.

BARANISSE BOURTTAYE

   La más benjamina de las niñas becadas.

Baranisse, niña de 13 años, es la tercera de ocho hermanos. Su familia es una rara excepción; su padre, Simón, y su madre Matassí, han dado todo para que puedan estudiar  sus hijos e hijas: cuatro de ellos están ya en secundaria, y dos en primaria.

 

Simón Hellé, su padre, tiene cada vez más dificultad para asegurar los costos escolares de sus hijos, y no cuenta en absoluto con medios para pagarle un colegio privado a Baranisse para que pueda cursar el bachillerato. Con el fin de facilitar su esfuerzo por formar a su familia y de asegurar la formación de Baranisse, nuestro programa quiso asumir sus gastos escolares en el Colegio Jacques de Bernon.

 

             Excelentes son los resultados de Baranisse desde que comenzó su bachillerato el año pasado. Es un gusto poder ver su boletín de calificaciones y  que nos informen de que el lugar obtenido en su curso de bachiller, de un total de 51 alumnos, es el tercero.

 

¡Felicidades Baranisse!

 

             Las personas que apoyan el programa de becas que AHIMSA financia con el dinero de la solidaridad en Zhéléved deben sentirse contentas con su éxito ya que Baranissse no hubiera tenido la posibilidad de realizar sus estudios de secundaria sin este programa y hubiera sido lamentable.

MARTHE NGUIZAYE

(Primer año becada)

Marthe, a sus 15 años, vive la misma situación que la mayoría de las jóvenes estudiantes de Camerún, salvo honrosas excepciones como la de Baranisse, un gran desinterés por parte de sus padres, presión para que abandone los estudios y se case y fuerte carga de trabajo en la familia lo que le impide dar un mejor rendimiento académico.

 

Con gran esfuerzo, y gracias a la ayuda de uno de sus hermanos mayores, Marthe comenzó la escuela secundaria. Pero, desde el año pasado, ya no cuenta con el apoyo de su hermano y es por eso que ahora forma parte del programa de AHIMSA.

 

Obtuvo buenas notas, y ganó su tercer año de bachillerato. Para su cuarto año, en el cual debe presentarse a examen BEPC, le proponemos trasladarla a un Instituto privado donde esté libre de presiones familiares y tenga así mejores posibilidades de progresar.

WEDIE GAHAYE  Otra honrosa excepción familiar

La familia de Wedie es bastante numerosa: sus padres tienen 13 hijos de los cuales 5 son mujeres. Su padre nunca ha negado la formación escolar a ninguno de sus hijos e hijas, pero desde hace 5 años no cuenta con los medios para garantizarles sus estudios. Hasta el año 2003 era él quien había costeado todos los gastos de Wedie porque tenía medios pero este hombre excepcional, a quien conocimos en el viaje que hicimos en el 2005, que disponía de buenos medios económicos, ha gastado, con el asombro y reproche de los miembros de su comunidad, todos sus bienes, disponía de un buen número de vacas que fue vendiendo poco a poco para costear los estudios de sus hijos/as, hasta que ha quedado prácticamente en la ruina. A partir de ese año, nuestro proyecto, le ha ayudado para que pueda continuar sus estudios y siga siendo un ejemplo para las jóvenes de esta región, en donde el número de mujeres en colegios de secundaria sigue siendo extremadamente bajo.

 

Wedie es la primera mujer joven  de esta región que ha llegado a sexto de bachiller. Es una lastima que no haya ganado su examen probatorio (similar a una reválida) pero lamentablemente el nivel académico de esta joven es demasiado bajo. Gracias a AHIMSA no sólo se le ha podido ofrecer los recursos para que repita en sexto año, sino también para que participe en cursos de refuerzo que le permitan mejorar su nivel.

 

Nuestro deseo era verla en el último año de bachillerato, pero se encuentra en la misma situación de otros  dos jóvenes del programa: de no ganar su examen probatorio habrá que reflexionar con ella nuevas posibilidades de formación ya que ha hecho un gran esfuerzo y además, tanto ella como su familia, han sido un ejemplo y aliciente para las familias y las jóvenes de la localidad, haciendo ver que para las niñas también es posible estudiar.

Le abriremos otra puerta

MONIQUE MBADAGUI

Monique es una de las niñas que nuestro programa lleva apoyando desde que comenzó su bachillerato.

 

Monique es la única  joven que viviendo en la montaña ha podido pasar a bachillerato pues la mayoría de ellas no son enviadas a la escuela, y las pocas que lo son no alcanzan a terminar los estudios primarios. Todos los días debe salir al alba, cinco de la mañana, desciende de la montaña a pie durante 25 minutos, coge su bicicleta (la que guarda donde un pariente al pie de la montaña) y pedalea media hora ¡por aquellos caminos! los 15 kilómetros que separan su hogar del C.E.S de Mozogo, colegio que brinda formación académica hasta 4º de bachiller.  A las tres de la tarde, (aún sin comer nada) termina sus clases, regresa en bicicleta la guarda, va al pozo y sube hasta su casa una jarra de agua de 30 litros para lavar su ropa y preparar para su familia la comida de la tarde. Está llegando a su casa a eso de las cuatro y media de la tarde en medio del sol y del polvo. Monique ganó muy bien su tercer año en el C.E.S de Mozogo, y se preparó para presentarse a examen BEPC. Para ello se pensó que sería mejor que estudiara en el Liceo de Koza pero desafortunadamente el nivel de Monique, adquirido en el colegio público, es demasiado bajo y no ha podido obtener el promedio necesario para pasar al curso siguiente. Es muy difícil que pueda tener éxito en su examen de BEPC con su bajo nivel; si, como suponemos no pasa su examen y no puede continuar con su programa académico le propondremos otro tipo de formación más práctica para que pueda serle útil para ella y al mismo tiempo ayude a su familia.

 

No pensamos que esto será un fracaso sino que las circunstancias difíciles de Monique y el no haber podido asistir desde sus primeros estudios a un colegio privado le habrá llevado a no tener éxito en los estudios pero le ha abierto otras perspectivas para ella y para otras jóvenes que quieran intentarlo.

Centro de Documentación y Educación para la Paz