¿Has oído hablar últimamente de PIRATAS? ¿De qué tipo de piratas se habla en la actualidad? ¿Has oído hablar de los biopiratas? ¿Qué son los biopiratas? ¿Quiénes hay detrás de los biopiratas? ¿Qué piratas te parecen más peligrosos, los que asaltan barcos o los que patentan las planta y los animales? ¿Ves lógico que una empresa multinacional se apropie de las semillas y de las especies animales? ¿De qué manera los biopiratas perjudican a los países en vías de desarrollo? ¿Has oído hablar últimamente de que la armada española, está protegiendo a los barcos que son atacados por los piratas somalíes? Si no sabes nada de esto, busca en la prensa reciente e infórmate. ¿Por qué crees que el Estado español no nos defiende de los biopiratas? ¿Por qué crees que el robo de los piratas somalíes en alta mar, lo penalizan todos los países, mientras el robo de la biodiversidad no lo persiguen con el mismo interés? Haz un resumen de las reivindicaciones de los pueblos indígenas de Chiapas, México. |
Un transgénico (u Organismo Modificado Genéticamente, OMG) es un organismo vivo que ha sido creado artificialmente manipulando sus genes. Las técnicas de ingeniería genética consisten en aislar segmentos del ADN (el material genético) de un ser vivo (virus, bacteria, vegetal, animal e incluso humano) para introducirlos en el material hereditario de otro. Por ejemplo, el maíz transgénico que se cultiva en España lleva genes de bacteria que le permiten producir una sustancia insecticida. La diferencia fundamental con las técnicas tradicionales de mejora genética es que permiten franquear las barreras entre especies para crear seres vivos que no existían en la naturaleza. Se trata de un experimento a gran escala basado en un modelo científico que está en entredicho. Algunos de los peligros de estos cultivos para el medio ambiente y la agricultura son el incremento del uso de tóxicos en la agricultura, la contaminación genética, la contaminación del suelo, la pérdida de biodiversidad, el desarrollo de resistencias en insectos y "malas hierbas" o los efectos no deseados en otros organismos. Los efectos sobre los ecosistemas son irreversibles e imprevisibles. Los riesgos sanitarios a largo plazo de los OMG presentes en nuestra alimentación o en la de los animales cuyos productos consumimos no se están evaluando correctamente y su alcance sigue siendo desconocido. Nuevas alergias, aparición de nuevos tóxicos y efectos inesperados son algunos de los riesgos. Los OMG refuerzan el control de la alimentación mundial por parte de unas pocas empresas multinacionales. Son una de las armas predilectas de estos dictadores de la alimentación, y lejos de constituir un medio para luchar contra el hambre, aumentan los problemas alimentarios. Los países que han adoptado masivamente el uso de cultivos transgénicos son claros ejemplos de una agricultura no sostenible. En Argentina, por ejemplo, la entrada masiva de soja transgénica exacerbó la crisis de la agricultura con un alarmante incremento de la destrucción de sus bosques primarios, el desplazamiento de campesinos y trabajadores rurales, un aumento del uso de herbicidas y una grave sustitución de la producción de alimentos para consumo local. La solución al hambre y la desnutrición pasa por el desarrollo de tecnologías sostenibles y justas, el acceso a los alimentos y el empleo de técnicas como la agricultura y la ganadería ecológicas. La industria de los transgénicos utiliza su poder comercial e influencia política para desviar los recursos financieros que requieren las verdaderas soluciones. Defendemos la aplicación del principio de precaución y nos oponemos por lo tanto a cualquier liberación de OMG al medio ambiente. Los ensayos en campo, incluso a pequeña escala, presentan igualmente riesgos de contaminación genética, por lo que también deben prohibirse. Por el contrario, Greenpeace no se opone a la investigación fundamental en laboratorio, ni se posiciona en contra de las aplicaciones médicas de la ingeniería genética, a pesar de que generan importantes cuestiones éticas sobre las cuales debe ser establecido un debate social (debemos aclarar que este tipo de investigación no guarda relación alguna con la experimentación con animales u otro tipo de prácticas crueles). ¿SABÍAS QUE… ¦ A España llegan unos 6 millones de toneladas de soja, de las cuales aproximadamente el 66% es transgénico, y un millón y medio de toneladas de maíz que han sido cultivados en países que han optado por el uso masivo de transgénicos? ¦ España es el único país de la Unión Europea que cultiva transgénicos a escala comercial y que en 2004 se cultivaron una 58.000 hectáreas de maíz modificado con genes de bacterias? ¦ Dos terceras partes de los alimentos que ingerimos contienen derivados de soja y de maíz? ¦ La industria de los transgénicos no deja de presionar a Brasil, el segundo productor mundial de soja, para que adopte masivamente los transgénicos? ¦ En los cultivos transgénicos se emplean muchos productos tóxicos, al contrario de lo que dicen las empresas que los promueven, con el consiguiente daño para el medio ambiente y la salud? ¦ Que desde el 18 de abril de 2004 todos los alimentos (excepto los productos derivados de animales como la carne, leche y huevos) procedentes de cosechas transgénicas tienen que tener en la etiqueta la mención "modificado genéticamente"? Efectos ambientales, agrarios, sanitarios y socio económicos de los transgénicos Los transgénicos suponen un grave riesgo para la biodiversidad y tienen efectos irreversibles e imprevisibles sobre los ecosistemas. Algunos de los peligros de estos cultivos para el medio ambiente y la agricultura son: incremento del uso de tóxicos en la agricultura, contaminación genética, contaminación del suelo, pérdida de biodiversidad, desarrollo de resistencias en insectos y "malas hierbas" y efectos no deseados en otros organismos.
Las variedades transgénicas contaminan genéticamente a otras variedades de la misma especie o a especies silvestres emparentadas. Por ejemplo, en México, el centro de diversidad y origen mundial del maíz, los maíces transgénicos importados de EE.UU. están contaminando las variedades tradicionales. Los casos son especialmente graves en los estados de Puebla y Oaxaca. En Europa la colza transgénica es un cultivo de alto riesgo dado que existen parientes silvestres de este cultivo. La permisividad del Gobierno chino respecto a la importación de soja transgénica, pone en peligro el centro de diversidad y origen mundial de este cultivo, pudiendo ocurrir lo mismo que pasó en México con el maíz. Una vez liberados al medio ambiente los transgénicos no se pueden controlar. La CONTAMINACIÓN GENÉTICA ES IRREVERSIBLE E IMPREDECIBLE, no se puede volver a la situación de partida. La polinización depende de factores naturales y por lo tanto es imposible controlarla. Efectos desconocidos o impredecibles: El conocimiento científico sobre el funcionamiento de los genes es todavía muy limitado y las técnicas actuales de ingeniería genética no permiten controlar los efectos de la inserción de genes extraños en el ADN de un organismo. La ingeniería genética aplicada para la creación de los cultivos transgénicos parte del principio de que los genes tienen una función en sí mismos, sin tener en cuenta ningún otro factor interno o externo al organismo. Resulta imposible predecir el comportamiento de los nuevos genes introducidos en ecosistemas complejos. Contaminación del suelo: Por ejemplo, las plantas Bt (los maíces cuyo cultivo es tolerado por el Gobierno en España pertenecen a dos tipo de maíz Bt) producen una toxina insecticida llamada Bt , la cual se acumula en el suelo. Desaparición de biodiversidad: La contaminación genética pone en peligro variedades y especies cultivadas tradicionalmente. El aumento del uso de productos químicos eliminan o afectan gravemente a la flora y a la fauna que no son su objetivo. El incremento del uso de pesticidas aumenta la contaminación química: Con las plantas tolerantes a herbicidas, el agricultor puede usar mayores cantidades de agrotóxicos para acabar con las llamadas "malas hierbas". Hoy por hoy existen datos que demuestran que, debido a esto, se están utilizando muchos más pesticidas en los cultivos transgénicos que en los convencionales. La presencia de glifosato (el herbicida asociado a la soja transgénica RR de Monsanto) en el suelo, en las aguas y en los alimentos es cada vez mayor. En cuanto a las plantas Bt, no se ha verificado una reducción del uso de agroquímicos. Sin embargo han aparecido plagas resistentes al Bt con el consiguiente perjuicio para la agricultura ecológica. EFECTOS PARA LA AGRICULTURA Aparición de resistencias que obligan a utilizar pesticidas cada vez más fuertes: Los organismos atacados por las toxinas de las plantas Bt se vuelven resistentes a esta toxina. Las plantas Bt segregan una forma activa de la toxina Bt en todo su ciclo vital; esto hace que la toxina pierda su eficacia y aparezcan plagas resistentes. Además inutiliza un insecticida fundamental en agricultura ecológica: los agricultores ecológicos utilizan un aerosol natural bacteriano que vive relativamente poco (se degrada rápidamente con la luz) y SÓLO SE ACTIVA en los sistemas digestivos alcalinos de ciertos gusanos y orugas. El gen de tolerancia a un herbicida puede transferirse a otras plantas (por ejemplo, a las mal llamadas "malas hierbas"), que de este modo se hacen también tolerantes. Idénticamente, los rebrotes o las plantas que nacen de semillas de los cultivos transgénicos de años anteriores se hacen tolerantes a los herbicidas. Contaminación de otros cultivos: Los cultivos transgénicos pueden transferir su modificación genética a los cultivos convencionales o a los ecológicos. De hecho, se han dado en España gran cantidad de casos de contaminación; a varios agricultores y ganaderos ecológicos se les ha retirado la certificación porque el organismo de control de la agricultura ecológica encontró que sus cosechas estaban contaminadas. En la agricultura y la ganadería ecológica no está permitido el uso de transgénicos. Estos casos, que ocurren cada vez con mayor frecuencia, son la evidencia de que la agricultura biotecnológica y la agricultura libre de transgénicos no pueden coexistir. Pueden hacer disminuir la producción: No se ha constatado que los cultivos transgénicos tengan mejores rendimientos. En varios casos se han verificado pérdidas de hasta un 7% del rendimiento en soja transgénica en los EEUU. En España, un grupo de investigadores ha demostrado que los maíces transgénicos producen menos que las variedades equivalentes no transgénicas (ver informe "Al grano: impacto del maíz transgénico en España"). Dependencia de los agricultores hacia unas pocas multinacionales: Sólo un puñado de empresas (el 90% de los transgénicos están en manos de Monsanto) controlan el mercado de estas semillas y de los productos químicos asociados. Estas multinacionales han patentado sus semillas. Son las llamadas biopatentes. Han decidido ponerle precio a la vida, cuando la riqueza de la biodiversidad siempre ha sido un patrimonio de los pueblos y nunca ha tenido propietarios que pudieran cobrar a un campesino por utilizar la simiente de sus propias cosechas. La semilla, además de ser un insumo clave para los productores es la base de la soberanía alimentaria: las semillas no pueden pertenecer a unos pocos en detrimento de la inmensa mayoría. Los consumidores los rechazan y, consecuentemente, la industria alimentaria también. Esto hace que los agricultores que los cultiven asuman más riesgos económicos que los que cosechan cultivos aceptados. EFECTOS PARA LA SALUD Los riesgos sanitarios a largo plazo de los OMG presentes en nuestra alimentación o en la de los animales cuyos productos consumimos no se están evaluando correctamente y su alcance sigue siendo desconocido. Nuevas alergias, aparición de nuevos tóxicos y efectos inesperados son algunos de los riesgos. Estos cultivos se han aprobado basándose en la ?equivalencia sustancial?, es decir la comparación de un OMG con un equivalente no modificado genéticamente; si no se detecta una diferencia significativa el OMG se declara seguro. Este concepto es muy criticado por gran parte de la comunidad científica. La ingeniería genética puede afectar la seguridad de los alimentos fundamentalmente de dos maneras: ¦ la alteración o inestabilidad de los genes puede hacer que las plantas produzcan nuevas toxinas; ¦ las proteínas que produce el gen extraño puede ocasionar alergias o toxicidad. Hasta el momento se ha constatado los siguientes efectos sobre la salud: Aparición de nuevas alergias por introducción de nuevas proteínas en los alimentos. En EE.UU., en el conocido caso del "Maíz Starlink" (2000) se encontraron en la cadena alimentaria trazas de un maíz transgénico no autorizado para consumo humano que provocó graves problemas de reacciones alérgicas. Aparición de resistencias a antibióticos en bacterias patógenas para el hombre (en los OMG se utilizan genes antibióticos como marcadores). Es decir, algunos transgénicos pueden transferir a las bacterias la resistencia a determinados antibióticos que se utilizan para luchar contra enfermedades tanto humanas como animales (por ejemplo, a la amoxicilina). La Asociación de Médicos Británica ha recomendado prohibir el uso de estos genes marcadores. Aparición de nuevos tóxicos en los alimentos (debido a los cultivos Bt o a las proteínas que se utilizan como marcadores en los OMG). Incremento de la contaminación en los alimentos por un mayor uso de productos químicos en la agricultura. EFECTOS SOCIO ECONÓMICOS Los OMG refuerzan el control de la alimentación mundial por parte de unas pocas empresas multinacionales. Son una de las herramientas predilectas en manos de estos dictadores de la alimentación y no constituyen en absoluto un medio para luchar contra el hambre, sino que aumentan los problemas alimentarios. La Tierra produce comida suficiente para alimentar a toda la población mundial. El problema del hambre se debe al mal reparto de los recursos y se puede resolver con decisiones políticas. En las condiciones actuales de organización de los mercados, un aumento de la producción no serviría para abastecer a los más necesitados sino para aumentar la concentración de la riqueza. Los países que han adoptado masivamente el uso de cultivos transgénicos son claros ejemplos de una agricultura no sostenible. Esto se cumple en el caso de Argentina. La entrada masiva de la soja transgénica en 1996, cultivo del que este país es uno de los primeros productores y exportadores mundiales, exacerbó la crisis de la agricultura argentina con un alarmante incremento de la destrucción de sus bosques primarios, el importante desplazamiento de campesinos y trabajadores rurales, un aumento del uso de herbicidas y una grave sustitución de producción de alimentos para consumo local. La mitad de la población se encuentra por debajo del umbral de la pobreza. Durante la crisis alimentaria argentina, en la que los casos de desnutrición fueron tan graves que la ONU abrió una oficina de control en Buenos Aires, las exportaciones de soja y maíz argentinos siguieron alimentando a las ganaderías de los países ricos. El déficit en micronutrientes en las dietas de muchos países en vías de desarrollo está directamente relacionado con la falta de biodiversidad agropecuaria y es consecuencia de la falta de verduras, de frutas y de alimentos frescos en general. El modelo de agricultura intensiva y transgénica que fomenta el monocultivo no hará sino acentuar estos problemas. |
planteamos nuestra disconformidad con los objetivos y métodos del proyecto, y se nos aseguró que el proyecto no sería iniciado, como mínimo hasta que no se cumplieran con todos los requisitos de la legislación mexicana. Sin embargo, ya se están sacando muestras en varias comunidades de Chiapas, y en junio de este año se nos presentó un Convenio ya firmado por las tres partes.” El Consejo se opone también a la organización no-gubernamental PROMAYA, establecida para abastecer una fachada de "reparto de beneficios", y afirman que: “Esto muestra el espíritu con que se mueven y las nulas intenciones de consultar ampliamente, respetando las culturas tradicionales y a las verdaderas autoridades de las comunidades. Básicamente, crean su propio interlocutor e invitan a participar allí a los que acepten su forma de trabajo y no cuestionen nada, seguramente a cambio de algunas migajas de los 2,5 millones de dólares que este proyecto ha recibido de fondos del gobierno estadounidense”. Es hora de que el gobierno mexicano se comprometa públicamente a evaluar el inmenso tesoro humano y biológico de la región de Chiapas. La verdadera razón por la que ecosistemas tan ricos y complejos se mantienen en la región es porque han sido valorados y cuidados por tales comunidades, constituyendo una parte fundamental de sus vidas y su cultura durante incontables generaciones. México tiene la obligación moral ante sus generaciones futuras de aplicar los artículos de la Convención sobre diversidad biológica (que México ha firmado y ratificado) que proclaman el derecho de los pueblos indígenas a mantener los estilos de vida tradicionales que sostienen la riqueza biológica de sus tierras y sus conocimientos tradicionales. No se puede asignar un valor financiero a las cuestiones fundamentales que hay en juego, y que afectan a los derechos, tierras y culturas de pueblos indígenas en Chiapas y en el resto del mundo. No pueden venderse, comprase o cambiarse por dinero y por acuerdos bilaterales de reparto de beneficios. ¡La biodiversidad no se vende! |