Cuadro de texto: Cuadro de texto: PORQUE EN NUESTRA DEFENSA QUEREMOS DECIDIR
MILICIA
NOVIOLENTAUNA MILICIA NOVIOLENTA
Petición al Congreso,
al Senado y a las Asambleas
Legislativas de las
Comunidades Autónomas

presente escrito, acogiéndose al derecho de petición regulado por Ley Orgánica 4/2001, de 12 de noviembre (BOE 13.11.2001), y recogido en el artículo 49 del Reglamento del Congreso y en los artículos 192 a 195 del Reglamento del Senado,

 

Conscientes de que en la actual situación mundial son cada vez más necesarias unas fuerzas debidamente preparadas para intervenir en situaciones bélicas o prebélicas en defensa de la paz,

Considerando que tales fuerzas no deberían ser vistas como agresivas ni como apoyo unilateral a una de las partes enfrentadas, lo que hace conveniente que sean organizadas en países no involucrados en el conflicto,

Considerando los progresos de los estudios de irenólogos o investigadores sobre la paz, según los cuales la consecución de una paz estable en el mundo requiere la renuncia a la violencia mortífera como medio de imponer la justicia entre las naciones,

Considerando que no es posible eliminar los actuales armamentos destructivos mientras no se encuentren, organicen y practiquen otros medios de lucha respetuosos de la vida y que faciliten la reconciliación final entre los combatientes,

Conscientes de que estas convicciones están en la raíz de la propuesta de transarme, concepto elaborado por los investigadores inspirados en la doctrina de la noviolencia, que cuenta ya con una nutrida elaboración teórica y numerosas experiencias prácticas,

Comprendiendo, no obstante, la virtual imposibilidad de que la comunidad mundial de Estados decida simultáneamente renunciar a la fabricación y el uso de las armas mortíferas y adoptar un sistema incruento de seguridad y defensa,

Convencidos, por consiguiente, de que la implantación de la noviolencia en las relaciones internaciona­les debe iniciarse mediante iniciativas más modestas, aunque innovadoras e incluso revolucionarias,

Comprendiendo que los gobernantes de un país difícilmente pueden asumir personalmente la responsabilidad de un cambio radical de los dispositivos tradicionales de seguridad y defensa, tanto por las profundas consecuencias sociales y económicas que acarrearía como por el temor de que se interprete erróneamente la opción por la noviolencia como una opción por la indefensión,

Considerando que es responsabilidad de todos los ciudadanos transmitir a los gobernantes el deseo de la mayoría de la población de eventualmente se adopten, los medios noviolentos de defensa,

Constatando, por otra parte, el actual sentimiento de rechazo del ejército manifestado por una parte considerable de la juventud, que es compartido por amplios sectores sociales, como consecuencia de pretéritas desviacio­nes de las fuerzas armadas en el cumplimiento de su misión, o de sus corruptelas actuales,

Constatando que las campañas de reclutamiento no consiguen atraer a las filas del ejército el número de voluntarios que se considera necesario,

Convencidos de que una milicia transarmada, es decir sin armas de muerte e inspirada en la noviolencia, atraería a una gran parte de la juventud que ahora nutre las filas de organizaciones no gubernamentales dedicadas a la defensa de los derechos humanos o la ayuda al tercer mundo, sin olvidar a los antiguos objetores de conciencia e insumisos,

PIDEN al Congreso de los Diputados,

PIDEN también al Senado,

PIDEN asimismo a cada una de las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas,

Que abran un debate (y, en el caso de las Asambleas de las Comunidades Autónomas, que insten al Congreso y al Senado a hacerlo) sobre la posibilidad y la conveniencia de crear una MILICIA NOVIOLENTA que podría tener las características que se exponen  en la siguiente:

PROPUESTA DE LEY CONSTITUTIVA DE UNA MILICIA NOVIOLENTA

 

 

I – Principios básicos

 

1. La MILICIA NOVIOLENTA estará basada en la noción de transarme, entendida como sustitución de todo tipo de armas mortíferas por las armas de la noviolencia, tal como más adelante se definen.

2.  La MILICIA NOVIOLENTA no estará integrada en las estructuras actuales del Ministerio de Defensa, sino que dependerá directamente de la Presidencia del Gobierno.

3. Además de la misión de defensa de la soberanía, la independencia, el territorio y el ordenamiento constitucional de España, que el artículo 8 de la Constitución asigna al ejército, la MILICIA NOVIOLENTA podrá realizar intervenciones exteriores en favor de la paz y en defensa de los pueblos oprimidos a requerimiento de los organismos internacionales o de los gobiernos interesados. Tendrá además la misión de ayuda a los damnificados por las grandes catástrofes naturales o producidas por el hombre.

4. En situaciones bélicas o prebélicas, en ningún caso la MILICIA NOVIOLENTA deberá prestar o recibir apoyo de las unidades del ejército que sigan utilizando armas de muerte. La doctrina y la estrategia de la noviolencia no sería creíble y quienes la invocan serían tachados de hipócritas si fueran respaldados por soldados armados convencionales.

5. La MILICIA NOVIOLENTA evitará la inactividad. En tiempo de paz en el interior de la nación, dedicará parte de su tiempo al entrenamiento, la capacitación y la investigación, así como a actividades encaminadas a difundir el conocimiento de la noviolencia entre la población en general. Pero nunca descuidará la acción en favor de la paz internacional, y aprovechará cualquier oportunidad para contribuir a la resolución de conflictos en otros países.

II - Personal

6. El personal de la MILICIA NOVIOLENTA (llamado más adelante peones de paz)  será de dos tipos: 1) Personal profesional permanente; 2) Personal voluntario por un tiempo reducido. A ambas categorías serán admitidos en un plano de igualdad peones de paz de uno y otro sexo.

7. El personal permanente se formará en una academia de enseñanza de la noviolencia que se creará con ese fin. Los cuadros de mando se nutrirán normalmente con este personal, salvo excepciones justificables por necesidades imperiosas de la acción o por méritos especiales. Tales cuadros de mando serán homologables, en cuanto a empleo o categoría, a los cuadros de las fuerzas armadas o de otros países de nuestro entorno cultural. En lo que se refiere a retribución, pensiones y otros beneficios, se fijarán unos límites con objeto de evitar una estratificación social y económica entre los cuadros de mando y los subordinados.

8. El personal voluntario podrá alistarse por periodos no inferiores a seis meses, prorroga­bles. Los aspirantes seguirán inicialmente un cursillo de adiestramiento de duración no inferior a un mes, después del cual serán admitidos aquellos que hayan acreditado su adhesión a los principios de la noviolencia y su aptitud para practicarlos. Una vez admitidos, los peones de paz tendrán derecho a una remuneración que no será menor que el salario mínimo interprofesional.

9. En la formación y la selección del personal tanto permanente como temporero se prestará atención no sólo al conocimiento y la práctica de los principios de la noviolencia sino también a la adquisición de la necesaria competencia especializada para el uso de los medios y las armas noviolentos que más adelante se explican.

10. Las relaciones entre los cuadros de mando y sus subordinados y los peones de paz en general no se basarán en la simple afirmación de autoridad y la obediencia ciega, y mucho menos en la humillación del inferior mediante órdenes arbitrarias, sino en la colaboración dentro de un espíritu de fraternidad. Los superiores deberán, siempre que la oportunidad lo permita, escuchar las opiniones y sugerencias de los inferiores respecto a los objetivos inmediatos y los medios de alcanzarlos. Sin embargo, cuando por la urgencia de la acción se requiera una decisión rápida, la obediencia deberá ser inmediata. Una vez remitida la urgencia se realizará una valoración entre mando o mandos y subordina­dos con el fin de corregir posibles errores y enriquecer la experiencia en el combate noviolento.

11. Se darán facilidades a los peones de paz con experiencia de seis o más meses en el servicio que deseen ingresar en la academia de enseñanza de la noviolencia, con miras a integrarse en el personal permanente de la MILICIA NOVIOLENTA, sin que ello signifique que los interesados queden dispensados de las demás condiciones y requisitos exigibles.

III - El combate  Noviolento

 

 

a)  Las armas

 

 12. El arsenal de la MILICIA NOVIOLENTA constará de medios de transporte para darle una gran movilidad (vehículos de tierra, mar y aire, así como equipo de paracaidismo); medios de transmisión y comunicación abundantes y muy perfeccionados que permitan hacer llegar la voz de la noviolencia tanto a los combatientes de una guerra mortífera como a las retaguardias que les apoyan (teléfonos, emisoras de radio y televisión, posibilidades de edición y difusión masiva, incluso desde el aire, de grabaciones audiovisuales y de material impreso en diversos idiomas); material médico y sanitario; medios para la reconstrucción y la reparación de emergencia de caminos, puentes e infraestructuras y edificios dañados por la guerra; y cualesquiera otros materiales que la experiencia aconseje para desarrollar una labor conciliadora y constructora.

 

b) La estrategia

 

  13. A título de orientación y sin que la enumeración sea exhaustiva, se consignan los siguientes principios de la estrategia noviolenta:

   1) Proclamación del total respeto a las vidas de los adversarios, sean combatientes o civiles. Quienes se enfrenten con un peón de paz deben saber que no tienen que temer por sus vidas y que nunca podrán invocar la legítima defensa para utilizar las armas mortíferas.

   2) Adopción de un uniforme y de distintivos que hagan fácilmente visibles e identificables a distancia a los peones de paz.

   3) Aceptación, en casos extremos, del riesgo de perder la propia vida ante un enemigo despiadado. Cuando un jefe u oficial dé la orden de avanzar u oponerse abiertamente a una tropa armada con riesgo de que ésta dispare, deberá ponerse al frente de su propia gente, y deberá también haber previsto antes, si es posible, quién habrá de tomar el mando si él cae, y la conducta que se habrá de seguir en caso de fracaso. Este tipo de acción será excepcional.

   4) Desobediencia cívica como expresión fundamental de la resistencia noviolenta. Cuando se trate de defender el país o sus instituciones frente a un invasor extranjero o frente a un golpe de Estado, los peones de paz tratarán de aglutinar y animar la desobediencia del conjunto de los ciudadanos, a quienes se supone, por definición, opuestos a los ataques del agresor. La misión de los peones de paz será sobre todo transmitir las consignas sobre las formas que ha de adoptar la desobediencia a las órdenes de los golpistas o invasores. Cuando se trate de una intervención pacificadora en otro país, los esfuerzos de los peones de paz irán encaminados a promover la desobediencia cívica en las tropas combatientes y en sus retaguardias.

   5) Entorpecimiento físico de los movimientos del adversario, mediante sentadas o presencia de multitudes para dificultar la ocupación de edificios públicos, abandono programado de automóviles o vagones de ferrocarril en puntos estratégicos,  incluso  actos de  sabotaje  contra  bienes  muebles  o inmuebles. Los sabotajes que impliquen destrucciones materiales podrán practicarse excepcionalmente, pero solo si está enteramente excluido el riesgo de pérdidas de vidas humanas, tanto propias como del adversario.

   6) Información amplia y veraz a las tropas combatientes y a las poblaciones civiles, para deshacer el engaño con que los promotores de las guerras consiguen la adhesión de sus pueblos a sus planes criminales. Se explicará la gestación de la guerra y los intereses que realmente están en juego; se divulgarán los testimonios directos de destrucciones, muertes, violaciones y otros crímenes de guerra; se desmontarán punto por punto los argumentos de quienes presentan la guerra como inevitable o beneficiosa para un pueblo. Veracidad y transparencia también en las actuaciones de la propia MILICIA NOVIOLENTA, que solo recurrirá al secreto coyunturalmente y por el tiempo estrictamente necesario para asegurar el efecto sorpresa de determinadas operaciones.

   7) Información a la opinión pública mundial. Está comprobado que la presencia de periodistas en situaciones de conflicto agudo disuade a menudo a las tropas más agresivas de cometer los peores abusos o tropelías. Los peones de paz, como los periodistas que han perdido sus vidas en el cumplimiento de su misión informativa, serán los ojos del mundo para dar testimonio de la sinrazón y la injusticia de la guerra. Sus armas para este cometido serán la grabadora, la cámara de vídeo, el teléfono y la radio.

   8) Fomento de la deserción. Un ejército de tipo tradicional es normalmente reticente a favorecer la deserción en las filas enemigas, arma que podría volverse contra el que la utiliza. Un cuerpo noviolento de peones de paz no tendrá reparo alguno en hacer propaganda en favor de la deserción basada en motivos nobles. Se facilitará la acogida de los desertores, tanto de los que traten simplemente de alejarse de la guerra como de los que quieran incorporarse al combate noviolento.

IV - Fomento  de la paz

 

 14. La generalización de un nuevo modelo de milicia transarmada supondría una economía considerable en el presupuesto del Ministerio de Defensa. La MILICIA NOVIOLENTA tendrá la vocación de extender su modelo, lo que permitiría dedicar grandes sumas al fomento de la paz mediante la educación, la defensa y promoción de los derechos humanos y la reducción de los grandes desequilibrios económicos y ecológicos existentes entre el mundo industrializado y el subdesarrollado.

Nº 151ENERO - 2006