El aumento del gasto militar durante 1995-2004 ha sido del 2,4 por ciento en términos reales. Este período se puede dividir en dos. En el primero (1995-1998), hubo una reducción en el gasto militar tras la guerra fría. En el segundo (1999­2004), el gasto militar aumentó una media de cerca del 6 por ciento en términos reales. El informe del SIPRI señala que el gasto militar de 2004 corresponde a 162 dólares per cápita, o al 2,6 por ciento del Producto Interior Bruto del mundo.

 

Pero hay una amplia variación entre las regiones y países. El gasto militar de Estados Unidos alcanza el 47 por ciento del total mundial. El gasto norteamericano creció mucho durante 2002-2004, como resultado de la lucha con- tra el terrorismo y las operaciones militares en Afganistán e Irak. Según el último informe del SIPRI, hay un creciente debate sobre la sostenibilidad de los actuales esfuerzos militares de Estados Unidos, debido al impacto en el déficit presupuestario federal y en el desarrollo económico.

 

Los datos del SIPRI muestran que el valor de las ventas de armas de las 100 principales compañías del mundo, excluyendo a China, subieron un 25 por ciento en 2003, hasta los 236.000 millones de dólares. De estas 100 compañías, 38 tienen su sede en Estados Unidos.

 

La mayor parte de las ventas de armas se concentran en un pequeño grupo de países. Francia, Alemania, Rusia, el Reino Unidos y Estados Unidos suman el 81 por ciento de todas las entregas en el 2000-2004. En el mundo del comercio internacional de armas convencionales, Rusia ha suplantado a los Estados Unidos como el principal surtidor de armas pesadas durante 2000-2004. Los principales compradores de armas en 2004 fueron China y la India.

Nº 151ENERO - 2006LAS ARMAS EN ÁFRICA:
Un negocio en auge

TOMADO DEL A REVISTA MUNDO NEGRO, Nº 501

El continente africano atrae a los países y a los productores que quieren desembarazarse de los excedentes de la guerra fría o del armamento considerado obsoleto. Los expertos aseguran que el tráfico de armas provoca un grave problema de seguridad en el África subsahariana, ensangrentada por numerosos conflictos.

 

La solución de largas guerras en Angola, República Democrática de Congo, Liberia y Sudán (en este país la guerra ha durado 22 años), así como la firma de numerosos acuerdos regionales sobre las armas ligeras han contribuido a una bajada en el tráfico de estas armas. Pero el negocio continúa. Traficantes internacionales, según ha denunciado la ONU, siguen suministrando armas y equipamiento militar en todo el continente africano.

 

En una situación de ausencia o de gran debilitamiento del Estado, son numerosos los actores (públicos y privados) presentes en los teatros de la guerra: tropas regulares, grupos de guerrillas o paramilitares, unidades de auto defensa, mercenarios y tropas regulares extranjeras. Todos los medios se consideran buenos para financiar las compras de armas: robos, pillajes, se­cuestros, control de los mercados, comisiones ilegales, tráfico de diamantes o de droga, malversación de las ayudas humanitarias a favor de unidades combatientes (ejército o guerrilla).

 

 

 

 

 

 

 

El comercio de armas alimenta varias actividades. Algunas se llaman púdicamente "consejo militar". El entrenamiento, la formación de mandos, la prestación de servicios logísticos a las diferentes formaciones presentes en las zonas de conflictos africanos son las "especialidades" que brindan los agentes internacionales especializados. La figura del mercenario ha evolucionado.

 

Al lado del "viejo mercenario", está proliferando la figura de multinacionales de la "seguridad". Hay en África al menos 90 fuerzas privadas de seguridad, de diferentes características, sobre todo para proteger compañías mineras y petroleras. Existen muchos intereses entre actividades de extracción, comercio de armas y empleo de mercenarios en África, y no solamente en el continente. Estados Unidos, Gran Bretaña y, en menor medida, Francia han integrado en su estrategia militar la utilización de las sociedades mercenarias.

 

Las consideraciones de orden geopolítico pasan con frecuencia a segundo plano, prevaleciendo los intereses estrictamente comerciales. Éste ha sido el caso, por ejemplo, de la compañía petrolera ELF, que financió a las dos partes del conflicto de Congo-Brazzaville, para mantener las concesiones petroleras en el país.

 

La privatización de la guerra tiene también consecuencias paradójicas en África, como muestra el progresivo deterioro de la capacidad militar de los ejércitos regulares. Por miedo a los golpes de Estado y las revueltas militares, muchos presidentes africanos (en algunos casos accedieron al poder precisamente con un golpe de Estado), han transformado las unidades regulares en "ejércitos de desfile", creando al mismo tiempo guardias pre­torianas bien armadas y milicias privadas, para su propia seguridad. Estos cuerpos están formados por hombres fieles que pertenecen a la misma etnia del presidente. De esta manera, se laminan las bases del Estado a favor de entidades que están por debajo de él (etnia, región, etc.) o fuera del Estado (las redes criminales, las multinacionales mineras y agrícolas, etc.).

 

El tráfico de diamantes es otro ejemplo de esta naturaleza. La comercialización de diamantes en las regiones controladas por los rebeldes en Sierra Leona puso de relieve a varios actores: la red de traficantes de diamantes, los centros de compra y venta (Bélgica, Gran Bretaña, Suiza, Suráfrica, Estados Unidos, Israel), los países vecinos, los abastecedores de armas (frecuentemente, con bases en los paraísos fiscales como las islas Caimán o los Emiratos Árabes Unidos), las compañías aéreas complacientes que los transportan. En el comercio de los diamantes, se encuentran a menudo traficantes de Oriente Medio. Varias regiones de África se han convertido en lugares de enfrentamientos por su control entre los países de Oriente Medio. El régimen de Sudán, por ejemplo, está apoyado por Irán, y recibe además ayudas para reforzar su ejército de compañías petroleras asiáticas. El África subsahariana vuelve a ser un terreno apetecido por las economías más fuertes.

 

 

 

 

 

 

 

Los intereses de la "nueva economía" se mezclan con los de la "vieja economía". El coltan, mineral estratégico para la industria de la telefonía móvil, se extrae en una región de la República Democrática de Congo controlada por ex rebeldes, apoyados por Uganda y Ruanda. Las multinacionales más importantes compran el mineral a través de sociedades establecidas en Uganda, Ruanda y Kazajstán.

 

Además del armamento procedente del exterior, la producción de armas en algunos países africanos está tomando proporciones que podrían, con el tiempo, llegar a ser inquietantes.

 

Entre los países africanos productores de armas se encuentran Suráfrica, Zimbabue, Nigeria, Namibia, Uganda, Kenia, Ghana, Tanzania y Egipto.

 

El mayor productor es Suráfrica, que ha heredado del régimen del apartheid una industria perfeccionada y diversificada. Actualmente, hay en Suráfrica 700 fábricas que trabajan en el sector militar y emplean 22.500 personas. De acuerdo a los datos oficiales, el país exporta armas a 61 países, incluso a regiones como Oriente Medio. El mayor cliente es Argelia; le siguen India, China, Emiratos Arabes Unidos, Taiwán, Singapur, Tailandia, Camerún, Chile, Colombia, Kuwait, Omán, Perú, Suazilandia, Congo-Brazzaville, Botsuana, Uganda, Ruanda, Túnez, Costa de Marfil, Kenia, Zambia, Mozambique y México. Argelia compra especialmente aviones de reconocimiento sin piloto y helicópteros de combate de origen soviético.

 

El resto de las exportaciones se reparte de la manera siguiente: 15 por ciento hacia países de Oriente Medio,16 por ciento al Sudeste Asiático; 15,5 al resto de Asia; 16 por ciento a Europa; 5 por ciento a las Américas y 1 por ciento a las Naciones Unidas (equipamiento para los cascos azules). Suráfrica dedica más dinero a armas que a luchar contra el sida.

 

Zimbabue ha heredado también de su anterior régimen -cuando el país se llamaba todavía Rhodesia- una industria embrionaria de guerra. La empresa, bautizada en 1984 Zimbabwe Defense Industries (ZDI), produce armas ligeras, municiones y minas. La tecnología para la producción de explosivos y de morteros se la ha proporcionado Francia. Por su parte, China ha construido una fábrica de munición para las armas de infantería. Entre los clientes de ZDI están Angola (el ejército gubernamental y antes los rebeldes de la UNITA), los ex rebeldes sudaneses y la República Democrática de Congo. Cuando las tropas de Zimbabue apoyaron al presidente congoleño Laurent D. Kabila a cambio de los suministros de la ZDI, Harare obtuvo también la concesión del 37,5 por ciento de las acciones de GECAMINES, la sociedad minera congoleña.

 

La ZDI produce armas ligeras (en particular copias de la metralleta israelí UZI y de la metralleta checa CZ25) y, sobre todo munición para pistolas (de 9 y 20 mm), para los proyectiles de mortero (60, 81 Y 120 mm), de granadas antipersonas y antitanques. Entre los clientes oficiales de Zimbabue están Suráfrica, Malaui, Botsuana, Tanzania y Zambia.

 

Uganda dispone, asimismo, de una pequeña industria armamentista. Hay al menos tres fábricas de armas. La mayor, Nakasongola Arms Factory, es de propiedad china, una empresa jojnt venture o riesgo compartido entre el gobierno de Pekín y los técnicos de empresarios de origen chino, norcoreano y surafricano. Esta fábrica se encuentra en la región de Gulu (donde lleva a cabo sus actividades guerrilleras el Ejército de Resistencia del Señor) y produce armas ligeras y minas. Vende armas al ejército de Burundi y antes a la UNIT A angolana. Existe también la Saracen, que abastece al ejército ugandés, cuyo propietario es la Strategic Resources Corporation, nombre tras la que se camufla la célebre Executive Outcomes (EO), la compañía militar privada surafricana. La EO abandonó oficialmente sus actividades a finales de 1999, pero se sospecha que opera tras nombres más discretos. También está la Ottoman Engineering L TD, especializada en armas ligeras. Uno de los clientes de la industria ugandesa es la República Democrática de Congo.

 

En Kenia, la Kenya Ordinance Factories Corporation produce munición para pistolas y fusiles de asalto. La factoría la construyó la Fábrica Nacional belga y se inauguró en 2000. El Gobierno keniano asegura que su producción está destinada sólo al ejército y a la policía locales y que no concederá licencias de exportación.

 

Hasta hace poco el único productor de armas del África Occidental era Nigeria. Se le ha unido recientemente Ghana. Creada en 1964, la compañía nigeriana Defence Industries Corporation (DICON) jugó un papel importante durante la guerra de secesión de Biafra (1967-1970). Confiada a em­presarios extranjeros, fue declarada en quiebra en 1972, y su director general un alemán, fue expulsado del país. Sin embargo, la sociedad continuó funcionando con altibajos durante ca­si treinta años, bajo regímenes militares. A finales de los años 1990, el nuevo gobierno civil decidió relanzar la producción militar.

 

Se nombró un nuevo consejo de administración y se establecieron contactos con Rusia para la transferencia de tecnologías. La fábrica nigeriana de Kaduna emplea actualmente a unas 700 personas; produce armas ligeras y municiones. Otra que hay en Bauchi produce vehículos blindados ligeros. Oficialmente, estas armas se destinan únicamente al ejército y a la policía de Nigeria.

Con las siguientes preguntas y otras que podáis añadir, elaborar una encuesta para pasarla a los compañer@as, amig@s y profesor@s, tabular las respuestas y elaborar un mural con dos columnas, en la colunma de la izquierda colocar los resultados de las encuestas, a la derecha los datos que se ofrecen en el texto anterior.

 

Þ ¿Sabrías decir en qué porcentaje a aumentado el gasto militar en el mundo en el periodo  (1999­2004)?

A) 2 % B) 4 % C) 6 %

 

Þ ¿Señala tres países europeos que creas se encuentran dentro de los principales exportadores de armas del mundo?

 

Þ Señala dos países del mundo que tu creas que han sido los principales compradores de armas en el 2004.

 

Þ Señala tres países africanos que pienses pueden ser productores y exportadores de armas.

 

Þ ¿Qué país de los siguientes crees que es el mayor fabricante y exportador de armas del continente africano?

A) Egipto B) Suráfrica, C)Zimbabue, D) Kenia.

 

Þ ¿Qué país europeo le ha proporcionado a Zimbabue tecnología para la producción de armas?

 

Þ ¿Qué país europeo construyó una fábrica de armas en Kenia en el año 2000?

 

Þ ¿Qué país del norte de África es el principal productor de armas?

 

Þ ¿Cuántos millones de armas ligeras crees que hay en circulación en África en manos de grupos rebeldes o de criminales?

A) 10 B) 20  C) 30  D) 40

ACTIVIDAD

En África del Norte, el principal productor de armamento es Egipto. Exporta también al África subsahariana. En 1992, dos años antes del genocidio ruandés, el Gobierno ruandés firmó un contrato de compra de armas egipcias destinadas al ejército ruandés. El contrato, avalado por un banco francés, comprendía morteros de 60 y 82 mm, 16.000 proyectiles de morteros, obuses de 122 mm, lanzacohetes, explosivos, minas antipersonas y tres millones de balas.

 

Cuando se termina una guerra, uno de los problemas que hay que resolver es el desarme de los antiguos combatientes. Desgraciadamente, pese a los esfuerzos realizados por Naciones Unidas y otras organizaciones, el desarme total es un espejismo. En Liberia, por ejemplo, donde la guerra civil entre los combatientes leales al Presidente depuesto Charles Taylor y los rebeldes del LURD (Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia) y del MODEL (Movimiento por la De­mocracia en Liberia) finalizó en agosto de 2003, el programa de desmovilización y desarme de más de 85.000 soldados -20.000 de ellos niños-, no se alcanzó hasta el 15 de abril de 2004.

 

Los ex combatientes reciben 300 dólares en dos etapas: 150 dólares inmediatamente y el resto tres meses más tarde cuando han completado el programa de reinserción en la sociedad civil. El hecho de no tener obligación de presentarse con su arma para entregarla a los casco azules de la ONU, ha creado una situación extraña. En Costa de Marfil los rebeldes de las Fuerzas Nuevas deben entregar sus armas a cambio de una suma de 900 dólares. Se ha creado así un tráfico de armas entre los dos países, porque los antiguos rebeldes liberianos buscan ganar dos veces, participando en el programa de desarme de su propio país y en el programa en curso en Costa de Marfil. Se hacen pasar por combatientes costamarfileños o venden sus armas a los rebeldes.

 

Las armas en circulación alimentan los circuitos ilegales que abastecen a la delincuencia y a las guerrillas de los países vecinos. La herencia de muerte que representan estas armas sigue siendo una fuente de desestabilización en muchas regiones de África. El arma preferida del bandolerismo africano es el kalashnikov (AK47). Los cazadores furtivo s que hacen estragos en el Parque Nacional Kafue de Zambia, por ejemplo, utilizan los kalashnikov introducidos en el país por refugiados angolanos. En el norte de Camerún, más de la mitad de los bandidos que actúan en carreteras y caminos son los antiguos rebeldes procedentes de la República Centro africana, de Chad y de Nigeria.

 

En Ghana, según datos oficiales, hay más de 40.000 armas de fuego fuera del control del Estado. En Nigeria, país que padece con frecuencia enfrentamientos étnicos y religiosos, habría al menos un millón de armas conservadas ilegalmente.

 

Según los expertos, la situación africana es trágica pero no desesperada. Se estima que el número de armas ligeras en circulación en África es de 30 millones, el 5 por ciento de todas las armas que circulan en el mundo. Más de 8 millones de armas ligeras están en circulación en África Occidental, donde más de la mitad están en manos de rebeldes o de criminales.

África como objetivo
Mercenarios  y seguridad
La producción africana
La herencia de los conflictos acabados