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MA-1584-89JULIO-2012
Nº 223
Asamblea final de CursoCentro de Documentación y Educación para la PazAsamblea final de Curso

Sinopsis

                 El nuevo libro de Tzvetan Todorov nos descubre al Todorov más implicado con el presente, en la línea de El miedo a los bárbaros.

           Los enemigos íntimos de la democracia denuncia que los peligros que acechan a las democracias occidentales no son tanto externos, como se nos ha querido hacer creer invocando el terrorismo islamista, los extremismos religiosos o los regímenes dictatoriales, sino internos. Todorov argumenta que nadie pone tanto en peligro la democracia como tres tendencias crecientes en el mundo occidental, empezando por los Estados Unidos: el mesianismo (que dio lugar a la invasión de Irak y a otros intentos de imponer por la fuerza la democracia en el mundo), el ultraliberalismo (el imperio de la economía por encima de la política, el poder de los medios de comunicación, el desmantelamiento del estado del bienestar) y el populismo y la xenofobia (el miedo al extranjero, el aumento del nacionalismo excluyente).

           Así pues, el enemigo está en nosotros mismos. Todorov llama a resistir y propone la necesidad de una “primavera europea” que ponga fin a estas derivas desde el convencimiento que quien decide nuestro destino no es sino la suma de nuestras voluntades.

RECUPERAR EL PODER
PARA REINVENTAR LA 
DEMOCRACIALos enemigos íntimos de la democracia Todorov, Tzvetan
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REFLEXIONES EN TORNO A LA DICTADURA DE CORTE DEMOCRÁTICO

Enfrentarse a la dictadura “democrática”.

                 En el boletín de mayo reflexionábamos en torno a las características de esta nueva modalidad de dictadura. Ahora lo hacemos desde la óptica de cómo nos podríamos enfrentar a ella y qué  parámetros tendríamos que tener presentes a la hora de abordar ese enfrentamiento, para entenderlo como noviolento.

             Antes de iniciar una acción noviolenta es necesario preparase para llevarla a cabo, la preparación debe de ser doble:

 a) prepararse para la acción,

 b) prepararse para la alternativa.

             ¿Por qué esos regímenes totalitarios que han caído tras una acción noviolenta, al final sólo ha supuesto, quitar a unos para poner a otros muy parecidos a los que han caído? Tenemos el caso de Egipto, Túnez o Serbia, que pasan de dictaduras más o menos militares a otras muy parecidas o a lo sumo, de corte “democrático”, no decimos que no haya merecido la pena, sobre todo en lo relacionado al respeto de los derechos humanos, libertades, etc., sin embargo, esto no es ni debe ser el fin, ya que el nuevo sistema no deja de ser una dictadura, y como señalamos en la primera parte, lo democrático es sólo apariencia, la dictadura “democrática” es más sutil y sofisticada porque no se ve, pero se nota por lo que hace, por los efectos que produce y por las consecuencias de sus actos. Por tanto, pensamos que cuando “todo cambia para que todo siga, igual o casi igual”, es porque no nos hemos preparado o medio preparado para la acción, pero no nos hemos preparado para la alternativa.

 

             La acción y la alternativa deben de ir de la mano, y si hubiera que poner una antes que la otra, primero sería la alternativa y después la acción. Si queremos plantearnos una lucha para forzar el cambio en una dictadura de corte democrático, como la que estamos viviendo en la gran mayoría de los países occidentales, primero debemos de definir los pilares en los que se sustentaría una sociedad realmente democrática a la cual aspiramos, estableciendo el paralelismo con lo existente que queremos cambiar. A partir de aquí, empezaríamos a crear aquellas estructuras que no supongan ningún esfuerzo de lucha ni riesgo, y que la sociedad “democrática” que queremos cambiar nos permite, pues no podemos olvidar que esta “dictadura de corte democrático”, nos ofrece una serie de libertades que no podemos menospreciar ni ignorar, que están a nuestro alcance  y nos dan la oportunidad de aprovecharlas para nuestros fines,

 

             Esto que nos proponemos no es una terea fácil, ni simple, y tampoco inmediata, debemos de tener en cuenta que pretendemos cambiar unas estructuras que a nivel general se han sustentado en la violencia, por otras noviolentas. Europa y el mundo occidental en los últimos siglos se ha organizado bajo estructuras aparentemente democráticas, pero en realidad hemos sobrevivido y progresado sustentándonos en el expolio, explotación y empobrecimiento de la mayor parte de la humanidad. A esto no se le pude llamar democracia, ni sociedad noviolenta. Esto es lo que pretendemos cambiar. Por tanto, el proceso será largo y complejo, por lo que debemos ir sin prisa pero sin pausa, siendo conscientes de que el “futuro será noviolento o no habrá futuro”.

Búsqueda de Alternativas

                 Ponerse de acuerdo en las alternativas a las dictaduras de corte democrático, puede parecer fácil, pero es lo más complejo, siempre y cuando queramos que dichas alternativas contemplen soluciones noviolentas. Las soluciones noviolentas, necesariamente han de pasar por la pérdida de los privilegios que hemos disfrutado hasta ahora sobre el 75 % de la población mundial, las alternativas noviolentas no pueden ignorar la realidad en la que se sustenta nuestro bienestar, no podemos pretender seguir siendo esa mínima parte de la población mundial afortunada gracias al empobrecimiento de la gran mayoría, las alternativas deberán de pasar, no por empobrecernos nosotros/as, sino por prescindir de todo aquello que ayuda al empobrecimiento de los demás.

             Reflexionábamos en el boletín de mayo, sobre los tres pilares básicos que sustentan a la dictadura de corte democrático:

· El poder económico

· El acomodamiento

· El discurso político

 

                 Nos tendremos que enfrentar a estos tres pilares con la puesta en práctica de las alternativas, que desde un punto de vista noviolento debemos de ir haciendo realidad. Si queremos construir una democracia real, no podemos esperar a que alguien ponga en práctica soluciones a esta “dictadura que no se ve”, sino que somos nosotros, los que criticamos a este sistema, los que vemos lo poco democrático que es, los que le vemos los fallos, somos nosotros, los que tenemos que poner en práctica otra forma de relaciones sociales, políticas y económicas, de acuerdo a nuestros principios noviolentos, y a los cuales no podemos renunciar en aras a conseguir que se acerque más gente a nosotros. Para la noviolencia “el fin no justifica los medios”, ahora bien, no basta con el discurso, la democracia real no se crea quedándose parado, hay que ejercerla, poniendo en práctica aquello por lo que luchamos y creemos justo, y mientras no lo pongamos en práctica, nuestro discurso no será creíble. 

 

EL PODER ECONÓMICO

             Quienes manejan la economía, también manejan la política y son los que determinan qué es democracia y qué no es la democracia, son los que manejan las leyes y establecen lo que es legal o lo que no es legal. Paralelamente al establecimiento de la legalidad que les es favorable a sus intereses económicos, desarrollan todo un pensamiento para el respeto a esa legalidad enmascarándola de todo tipo de formas y mensaje subliminales. Estudian el comportamiento humano con todo tipo de medios, ya que tienen todo el poder económico posible para comprar cuantas voluntades necesiten para su fines, elaboran estrategias para el control y la dirección a la que debe de dirigirse la población,  todos con un mismo pensamiento, todos bien alineados y obedientes a la legalidad elaborada por ellos para seguir ejerciendo el control y adquiriendo más poder. No hay más que ver las “10 estrategias para la manipulación mediática”, de Noam Chomsky y que transcribimos a continuación:

 

1.- La estrategia de la distracción.

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a la granja como los otros animales (ver: Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

 

2- Crear problemas, después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

 

3- La estrategia de la gradualidad.

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

 

4- La estrategia de diferir.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá a mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

 

5- Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

 

6- Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

 

7- Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

 

8- Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

 

9- Reforzar la autoculpabilidad.

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. ¡Y, sin acción, no hay revolución!

 

10- Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

 

Prepararnos para la Alternativa

                 Las alternativas no pueden venir impuestas desde arriba como sucede en la democracia representativa, sino que han de partir de abajo. Cualquier cambio que se quiera acometer debe ser tratado, analizado, consensuado y asumido por la base social que lo ha de poner en práctica. No importa que en un momento determinado no se llegue a un acuerdo, pues lo más importante es la conciencia que se tendrá por parte de cada miembro de la comunidad de haber participado aunque no se haya llegado a un acuerdo. Será un tema pendiente que recaerá en la memoria y la conciencia de la comunidad para ser abordado en un momento más propicio.

             La alternativa deberá de partir haciendo de la noviolencia el eje central de las relaciones humanas, por tanto, tendríamos que irnos despojándonos de todo aquello que va en contra o dificulta el Satyágraha, la búsqueda de la verdad, y esto tiene que empezar a hacerse desde los grupos de base. Iremos viendo todo aquello que entendemos debe cambiar para irnos acercando a una sociedad noviolenta. Pronto nos daremos cuenta que todo está interrelacionado, por lo que no nos debe de generar confusión ni desasosiego, si primero es el huevo o la gallina, así mismo, lo mejor, tampoco debe ser enemigo de lo bueno. Lo importante, es que estemos atentos y siempre dispuestos a avanzar en la búsqueda de la verdad. No podemos olvidar y será algo que debemos de tener siempre presente que somos imperfectos, y que las imperfecciones personales deben de ser compensadas con las aportaciones de los demás, por tanto, lo que hoy nos parece bueno y justo, mañana probablemente entendamos que debe ser modificado. Cuando desde la comunidad se entienda que llega la hora de acometer cualquier cambio, su puesta en práctica, probablemente dependerá de las instituciones más inmediatas, con las que habría que contar o forzar mediante la acción noviolenta. Debemos de contar, con que si estamos organizados con un sistema de democracia no representativa, el poder y la economía los tenemos en nuestras manos, por tanto, si los representantes políticos de turno se niegan a acometer las mejoras propuestas, con las técnicas de la acción noviolenta les podremos convencer para que se acometan las mejoras deseadas por la comunidad.

             Como podemos ver, lo primero y más necesario, es tener claro cual es la alternativa, la acción noviolenta debe de venir como forma e instrumento para convencer al adversario de la necesidad de progresar en la dirección del Satyágraha.