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MA-1584-89FEBRERO-2010
Nº 196

             El relator especial de la Organización de las Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación calificó  de "auténtica tragedia" el aumento del precio de los alimentos y pidió fondos suplementarios para atajar el hambre. En el marco de una reunión del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, con las 27 agencias que conforman el organismo, Jean Ziegler culpó del drama a los biocarburantes, a las "políticas aberrantes" del Fondo Monetario Internacional (FMI) y a la especulación.

             El experto considera "un crimen contra la humanidad" los biocarburantes.

             El FMI prima cultivos de exportación frente a los de subsistencia.

             La comparecencia ante los medios de comunicación iba a ser una simple conferencia de despedida y balance de gestión del saliente relator especial de la ONU. Pero el suizo Jean Ziegler la terminó convirtiendo en una incendiaria llamada de atención. El sociólogo y escritor, autor de El imperio de la vergüenza, no dudó en calificar la producción de biocarburantes de "crimen contra la humanidad".

             Ziegler tampoco ahorró críticas a organismos como la Organización Mundial del Comercio y acusó a su director, Pascal Lamy, de tener una línea de trabajo, "totalmente contraria a los intereses de los pueblos mártires del hambre, porque son los pagos proteccionistas los que permiten a los campesinos cultivar alimentos". Calificó igualmente al FMI de seguir "políticas aberrantes" por desarrollar cultivos de exportación para reducir la deuda exterior en detrimento de las "agriculturas de subsistencia", y abogó por el fin de los "cultivos coloniales".

             Dentro del aluvión de críticas, consideró positivo el "cambio de postura" del director del FMI, Dominique Strauss-Khan, quien ha invitado a los gobiernos "a dar una prioridad absoluta a los cultivos alimenticios".

             El suizo lanzó además una llamada urgente a todos los donantes del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU a incrementar sus ayudas, puesto que la subida de precios de los cereales ha provocado una caída del poder adquisitivo del 40%. Según los expertos, la ayuda adicional debería elevarse a 476 millones de euros. "De este programa dependen 75 millones de personas", recordó antes de proponer "una moratoria total de cinco años sobre la producción de biocarburantes".

             En declaraciones, Ziegler disculpó a los países que optan por la agricultura de exportación: "Lo hacen no por cinismo, sino porque necesitan divisas para poder pagar sus deudas y seguir los dictados aberrantes del FMI". El sociólogo aboga por "reglas más duras, en particular en la comercialización de materias primas. Hay que regular las Bolsas de manera que los especuladores pierdan sus ganas de especular".

             El relator, al terminar su mandato, fue elegido para integrar el Comité Consultivo del Consejo de Derechos Humanos. Antes de marcharse subrayó que "la transformación masiva de cultivos en biocarburantes ha provocado la escalada de precios de productos básicos esenciales para la supervivencia de millones de personas".

Según datos de la FAO, Fondo de la ONU para la Agricultura y la Alimentación, en el último año el trigo se ha encarecido un 130%, el arroz un 74%, la soja un 87% y el maíz un 53%. Ziegler subrayó que, "si en Europa una familia dedica un 10% de su presupuesto a la alimentación, en el mundo en desarrollo esa proporción puede llegar al 90%".

             El polémico analista destacó los casos trágicos de Gaza y Darfur y advirtió de que "millones de personas pueden seguir muriendo de hambre en los próximos años" si no se toman medidas. En un oscuro vaticinio, afirmó que "las revueltas del hambre que han tenido lugar ya en 37 países van a intensificarse, y el número de personas afectadas por la malnutrición va a aumentar en los próximos cinco a seis años".

             Ziegler se mostró escéptico: "No creo que Ban Ki-moon disponga de los medios para enfrentarse a las multinacionales que controlan la producción de biocarburantes".

BIOCARBURANTESUn crimen contra
la humanidad¿Sabías que con el grano que se necesita para llenar
el depósito de combustible de un coche, se puede 
alimentar a una persona durante todo un año? 
BIOCARBURANTES:Un crimen contra
la humanidadComida hay, pero a precio de petróleo
"Con el maíz usado
para 50 litros de
biocarburante come
un niño un año"
Cuadro de texto: Jean Ziegler, sociólogo, escritor y ex-diputado suizo, a sus 73 años denuncia las injusticias del mundo y lo que él define como una "refeudalización" del planeta a manos de las multinacionales.
El relator especial de Naciones Unidas para el derecho a la alimentación opina que "el orden mundial es asesino, puesto que hoy el hambre ya no es una fatalidad". 
Pregunta. Usted hizo en la ONU dos propuestas: una sobre biocarburantes y la otra sobre los "refugiados del hambre".
Respuesta. Sí. Propongo una moratoria de 5 años sobre la producción de biocarburantes, para poder controlar la subida de precios. Para obtener 50 litros de biocarburante hacen falta 200 kilos de maíz. Con esa cantidad se puede alimentar a un niño un año. Los biocarburantes deben producirse a partir de desechos vegetales no alimenticios, y no a partir de cultivos para consumo humano. Destinar 26 millones de hectáreas a su producción es un crimen contra la humanidad.
P. ¿Sus propuestas son utopías o pueden adoptarse?
R. El hambre en África es fabricada principalmente por Europa, gracias a las subvenciones agrícolas. Pienso que se impone un deber moral de cambio, que va más allá de la política. Los países africanos no podrán salir adelante mientras se mantenga este dumping agrícola. Esto provoca que los excluidos quieran emigrar a Europa, y nuestra única respuesta parece ser militar.
P. ¿Y qué propone respecto a esos "refugiados del hambre"?
R. Que se les otorgue el derecho provisorio a entrar en Europa dada su extrema necesidad. No es ilegal que entren debido a su "estado de necesidad". Este es un principio antiguo, bien conocido en Derecho Internacional.
P. ¿Cómo ve la situación española en particular?
R. Altos cargos del Gobierno español me han dicho que están en una situación casi sin salida. Cuando las pateras se hunden y mueren personas son atacados por la opinión pública, que les juzga responsables. Pero si regularizan inmigrantes son igualmente criticados, y con ello fortifican a la derecha y la extrema derecha.
P. ¿Cuál es la credibilidad de un Consejo de Derechos Humanos (CDH) del que no forma parte la mayor democracia del mundo: los Estados Unidos?
R. Estados Unidos no es una democracia real bajo la actual Administración. No sólo sus mecanismos electorales están viciados, sino que traicionan sus valores fundamentales tolerando la tortura, atacando poblaciones civiles...
P. Pero en el Consejo hay países que no respetan los Derechos Humanos.
R. Hay 47 naciones y algunas no respetan todos los Derechos Humanos, pero en materia de justicia internacional debemos evitar la exclusión.
P. Usted ha estado en Cuba bajo mandato de la ONU y dice que es el único país de América Latina que ya alcanzó los Objetivos del Milenio de desarrollo propuestos por la ONU.
R. Sí, y es algo extraordinario, pues el bloqueo americano es más duro que nunca. El 45 % de los presupuestos del Estado van a salud y educación. Su sistema de salud y educativo está a la vanguardia mundial. Tras la caída de la URSS, el PIB cubano se hundió un 35 %. Si en Suiza ocurriera algo así, el país dejaría de existir.
P. Y sobre África, parece que China se está posicionando en ese continente
R. China no tiene ninguna concepción social ni política para África. Se limita a saquear las materias primas sin proponer un modelo de desarrollo. Yo pienso que América Latina es la que va a cambiar el mundo.
Biocombustibles y crisis alimentaria

Los motines del hambre se multiplican por todo el mundo tras el alza súbita de los precios de las materias primas alimentarias que se han revelado particularmente mortales. Las poblaciones del Tercer Mundo, asfixiadas por un sistema económico irracional e insostenible, expresan su rabia en todos los continentes: en Haití, donde el Primer ministro fue destituido de sus cargos, en Filipinas o en Egipto. Más de 37 países de África, Asia y América Latina, que representan un total de 89 millones de personas, están afectados directamente por la crisis alimentaria. Y, desgraciadamente, esto no ha hecho más que empezar.

Jacques Diouf, director general del Programa Alimentario Mundial de las Naciones Unidas, señaló los factores que han conducido a esta repentina subida de los precios, a saber, una bajada de la producción debida al cambio climático, niveles de existencias sumamente bajos, un consumo más elevado de las economías emergentes como China y la India, el altísimo coste de la energía y el transporte y, sobre todo la demanda, cada vez más alta, de producción de biocombustibles.

Estados Unidos ha sido el principal promotor, con Brasil, de la política de los biocombustibles para hacer frente al alza de los precios del petróleo, ignorando las consecuencias dramáticas y previsibles de semejante producción. Así, para satisfacer sus necesidades energéticas, Washington está promoviendo una estrategia que va a llevar a gran parte de la humanidad al desastre. No hay ninguna duda al respecto y las grandes instituciones internacionales son unánimes en cuanto a este asunto, incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, subrayó que el aumento mundial de la producción de biocombustibles amenazaba el acceso a los productos alimenticios de las poblaciones pobres del Tercer Mundo. «A corto plazo, es muy probable que la expansión rápida de combustibles verdes, a nivel mundial, tenga efectos importantes en la agricultura de América Latina», afirmó la FAO.

Efectivamente, la producción de biocombustibles se hace en detrimento de los cultivos de plantas comestibles utilizando las reservas de agua, desviando tierras y capitales, lo que origina un aumento de precios de los productos alimenticios, y «pondrá en peligro el acceso a los víveres a los sectores más desfavorecidos», concluyó la Organización en un informe presentado en Brasil. Las desastrosas consecuencias sociales de esta política son fácilmente previsibles cuando se sabe que la inseguridad alimentaria ya afecta a 854 millones de personas.

Brasil, que se esfuerza en propagar la producción de biocombustibles en América Latina y en África, negó el hecho de que esta política sea responsable del alza de los precios de los alimentos en el mundo. El ministro de Finanzas, Guido Mantega, expresó su desacuerdo: «Eso pone en peligro la producción alimentaria [...] en Estados Unidos, pero no en Brasil, no en los países africanos, no en los países de América Latina, que tienen bastantes tierras para producir los dos».

El presidente brasileño Luis Inacio Lula da Silva también rechazó esa tesis. «No me digan, por el amor de Dios, que la comida es cara a causa del biocombustible. La comida es cara porque el mundo no está preparado para ver comer a millones de chinos, indios, africanos, brasileños y latinoamericanos», afirmó. Lula abogó en favor de los biocombustibles pues Brasil es el segundo productor mundial detrás de Estados Unidos.

Pero los precios de las materias primas contradicen de forma contundente las palabras de Mantega y el presidente brasileño. La producción de biocombustibles sustituye a los cultivos alimentarios y fomenta el alza de los precios. Así, el precio del arroz aumentó en un 75% entre febrero y abril de 2008 mientras que el precio del trigo explotó en un 120% durante el mismo periodo. Lo mismo ocurrió con otros productos básicos como la soja, el maíz, el aceite, la leche, la carne y otros.

El secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon reclamó medidas de emergencia para poner fin a la crisis alimentaria. El Banco Mundial llamó a los gobiernos de los países miembros para que intervinieran rápidamente para evitar la propagación del cataclismo alimentario y subrayó que la duplicación de los precios de los productos básicos durante los tres últimos años «podría hundir más profundamente en la miseria a 100 millones de personas que viven en los países pobres». El precio del trigo, por ejemplo, aumentó en un 181% en tres años. El FMI ha puesto en guardia contra una hecatombe anunciada: «Los precios de la alimentación, si siguen como ahora, [...] las consecuencias serán terribles. Como aprendimos en el pasado, este tipo de situaciones termina a veces en guerra».

Jean Ziegler, relator especial de las Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, calificó la producción masiva de biocombustibles de «crimen contra la humanidad» y advirtió de que el mundo se encamina «hacia un largo período de motines», y señaló claramente a los culpables criticando la política desastrosa del FMI, el dumping agrícola de la Unión Europea en África, la especulación bursátil internacional de las materias primas engendrada por los biocombustibles, el gobierno de Estados Unidos y la Organización Mundial del Comercio.

LA ADVERTENCIA DE FIDEL CASTRO

 

Hace más de dos años, el 28 de marzo de 2007 para ser preciso, el ex presidente cubano Fidel Castro alertó al mundo contra el peligro que representan los biocombustibles. En una larga reflexión titulada «Condenadas a muerte prematura por hambre y sed más de 3.000 millones de personas en el mundo», denunció «la idea siniestra de convertir los alimentos en combustible» elaborada por el presidente Bush como línea económica de la política exterior de Estados Unidos. El inquilino de la Casa Blanca había declarado su intención de producir 132.000 millones de litros de biocombustibles para 2017.

«Actualmente sabemos con toda precisión que una tonelada de maíz sólo puede producir 413 litros de etanol como promedio [...].El precio medio del maíz en los puertos de Estados Unidos se eleva a 167 dólares la tonelada. Se requieren por tanto 320 millones de toneladas de maíz para producir [132.000 millones de litros] de etanol. Según datos de la FAO, la cosecha de maíz de Estados Unidos en 2005 fue de 280,2 millones de toneladas. Aunque el presidente hable de producir combustible a partir de césped o virutas de madera, cualquiera comprende que son